jueves, 30 de agosto de 2007

Vuelta marchita

Te me llevaste el amor,
mientras dormía.
Sobre un seco laurel
de beso hueco, se vacía
mi siesta en tu blanco mantel.

Interrumpiste la espera
y le pusiste otros ojos,
a mis cartas en remojo,
de papel malle, en tu vereda.

La siesta de mi viaje
no encontró tu atardecer,
al despertar, y volver,
de beso, en flor, en mi equipaje.

Mi viaje cruzo ese mar,
de lágrimas y, al llegar,
tu ventana, ya cerrada.
Y fuera, sola, mi almohada .

Durmiendo al pie del olvido,
mi lejanía en tu castigo,
que parte mi beso en huida,
me arrodillo, escondida.

Dejando mi almohada en tu puerta,
me marcho, sin sueño ni siesta,
por la calle que trae fiesta,
pateando una lágrima muerta.

Y ante el regreso, mi mar vacío
de tu mediodía sombrío,
se ahogó en tu puerta, mi flor.
Te me llevaste el amor.

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