viernes, 16 de noviembre de 2007

....fluir....

Puedo intentar incoherencias que rimen
pero mejor me hace tu regazo tibio y mudo.
O dejar que todos los pájaros me arrimen
sus hojitas para ocultar mi amor desnudo.

No escribiré preguntas ni futurología.
Sólo apoyé, despreocupada, tu hombro
en mi cabeza y me alejé de todos los escombros,
los ruidos y la locura se fueron con la lejanía.

Sin mandar al sol que caiga, cuando caiga
iremos por un rato de paz, algún sendero
siempre ofrece su caricia a nuestro paso austero
y el limpido paisaje deja que la noche se distraiga.

Bajando, ya tarde, vendrá ella y sus estrellas
eterna de azules, y en tu hombro una huella
que se mece, sobre mi cabeza, una vez más
mientras nos brilla la mejilla del paso de una estrella fugaz...