sábado, 29 de septiembre de 2007

Afortunada anoche

Sin la cuota clásica de un farsante edulcorante,
una pizca de locura se mezcla con el instante,
en que , fugaz, doblar por la esquina, a la vida.
De corpiño y sin enagua, sonriente y desmedida.

Corrí detrás, llenando unas copas y bailando,
entre amores y amigas, soñando y jugando.
Para no perderte el rastro me fui aun más lejos,
y peiné a todas las ancianas y bailé con los viejos.

Puse guirnaldas en sus bastones y tanto se rieron,
que, en sus risas, paso de nuevo la vida desmedida,
guiñándome el ojo, tiro la enagua y bailo, encendida
de nuestra cuarta copa de vino, hasta que se fueron.

Y así nos vamos a ir todos, alocados o edulcorantes,
pisando uno a uno, los instantes, de noche y de día.
Abrazándonos a esta vida como sus eternos amantes,
saboreando cada gota de su boca, alocada y desmedida.

martes, 25 de septiembre de 2007

Todos compartimos el viento...

El viento debe tener exceso de equipaje
cargando lunas, jazmines y medias rotas.
Entre tus confesiones yo me distraje
y te conté de algunas lágrimas y otras.

El viento debe llevarse casi un mundo,
paralelo entre todos los de este mundo
que se resuelven resueltos por la ciudad
y se disuelven de azul noche, en soledad.

Cuantos más deberá el viento acarrear.
Si cada llanto es un miedo asegurado.
Donde conseguimos un riesgo prestado
que nos empuje a contraviento volar.

Y casi, cuando uno cree poder dejar
de pensar, fluir y conectar todo su ser
la brisa avisa y el viento suele andar
por si acaso cambiamos de parecer.

Por eso todos tenemos un viento al que compartimos
soplándole todas las confesiones a sus nuevos horizontes.
Allí donde las aves blancas besan los verdes montes
del cementerio de los más bellos tesoros que escondimos.

jueves, 20 de septiembre de 2007

.

El escritor entrego su ensayo y, con aprobación,
ellos palmearon su espalda.
Con el gesto del amo satisfecho.
Devoraron sus frases, las cortaron, fotocopiaron,
pegaron y posaron ante la luz.
Sus cuentas se alumbraron con la deuda
de quien no paga lo que ha ya vendido.
Al escritor lo sentaron, lo amaron, lo corrieron,
lo sonrieron, lo subieron y lo bajaron.
El escritor vio en un cartel alumbrado en la noche,
su frase y un coche.
Se sintió tan apenado.
Pudo ver, en un rayo roto, hasta el reclamo
del sentir traicionado de su bicicleta.
Fue a preguntarles, exigirles, implorarles,
reclamarles su derecho de autor.
Por el izquierdo, ellos, vendieron y compraron un perdón,
como razón, de un desecho mas vacío
para el templo en construcción.
Las marquesinas danzan al borde del vació oculto.
El vacío y el culto se negaron a alumbrar la falsa conciencia.
Ellos le dieron la espalda,
con sus carteles hacia los que apunta la luz
que funda el olvido de caras sin miradas.
El siguió su camino,
con sus papeles hacia donde dobló el viento
y las cosas nunca son tan claras…

Drxler sin los E

Los E y los encantos privados de un DrExler que no debió haber leído
en el crackEr celoso intrometido de la práctica privada publica.
ncandila la sencia de los E y desperdicia sus letras entre tantas E
que no puede scribir la sencia, dejando en la conciencia
un cemento amargo que duele con E y stremece sin primer letra.
Mensajes paralelos, para lelos parecidos,
en los que Drxlr pierde todo su sentido, falto de E.
Y recupera su practica en el mismo instante
en que los E alcancen sus, faltos de sencia (sin E), cometidos.

miércoles, 19 de septiembre de 2007

Eso quiero...

Una flor, un color, un sabor, un amor.
Un dolor, un temor, un tenor, un amor.
Una confianza y una esperanza.
Un viejo mar y un contemplar.
Un silencio dormido.
Un deseo tendido.
Una espera en el destino.
Una sombra en el camino.
Una gota de agua en el desierto.
Una gaviota viva en el mar muerto.
Un recuerdo de mi padre.
Una caricia de mi madre.
Una voz cálida, lejana.
Un pájaro en la ventana.
Una pregunta honesta.
Una sincera respuesta.
Un viejo y suave pijama.
Una tarde en la cama.
Un amanecer mateando.
Un beso, besando.
Una mirada diciendo.
Un corazón latiendo.
Dos amantes despojados.
Caminos encantados.
Sorpresas atrevidas.
Soleados mediodías.
Comidas pasadas.
Pantuflas y almohadas.
Volver a la casa.
Tu mano en mi masa.
Sabanas para dos.
Tu catarro y mi tos.
La perenne intimidad.
Y un rato de soledad.
Un desorden compartido.
Un amor mayor que el olvido.
Una misma voz.
Ningún adiós.
Eso quiero.

sueña que sueña

Sol cayendo en el parque centenario, mientras corría esa nena, antes del atardecer, salteando a los viejos de la plaza para ir al encuentro de su padre apuesto y generoso que, entre brazos abiertos, la encierra en su diminuto mundo de felicidad.
Cuando ya es tiempo la desprende, con la delicadeza de quien saca de su piel la cascarita de sangre madura, y la sienta a su lado. Ella le sonríe y el universo es tan chiquito y exquisito.
Por su eterno abrazo, ella correría mas rápido que una flecha. Su sonrisa es belleza pura, como la espuma en la arena y el arco iris en la tormenta. Su rodilla machucada y el vestidito tan celeste. Y su mirada.
Se aleja, juega y vuelve, corriendo, a los brazos plenos de su universo simple. Asoma una estrella y, de la mano, la noche mientras ella se duerme en los brazos de su padre.
Entre caricias de abrigo y su mundo tan exquisito, chiquita y dormida ella, sueña que sueña que quiere ser grande...

martes, 18 de septiembre de 2007

...

Tu media, agujereada, naranja, en el chapuzón
pasajero, de mi jabón de ilusión, te lava.
Hoy, en la cocina una copa, de ayer, vacía.
El perfume para la ropa y una cobija tendida.
Mis manos de aguja e hilo hilvanan un te de tilo.
La boca que teje la trama, cerrada, que no derrama
su gota y traga, callada, mirando la cobija mojada,
goteando su abrigo en el piso frío de mis pies
desnudos se secan con el trapo, tirado al revés,
de un corazón remendado y mas agujereado.
Como el flechazo del aquél angelito malvado
que atravesó el agua del jabón, la cobija, el tilo,
la trama, la cocina y el perfume para la ropa.
Aparece en el aire de la noche, bebiéndose mi copa,
robándome todas las palabras, quitándome los hilos.
Y que aun hoy merodea, apoderado de mis silencios.
Desde que rompió tu linda media, aquella vez,
Que me disparó, sin consideración, a tus pies...

viernes, 14 de septiembre de 2007

Miedo… l viejos

Miedo, compañero,
inseparable
y austero.
Mi fiel amigo,
inmutable,
previsor
y consejero.
Quisiera faltarte el respeto,
atravesar con mi puñal el centro de tu pecho.
Y solo ahora, cayendo herida, al encontrarte,
comprendo amigo.
Que tú siempre estuviste conmigo
pero yo jamás me atreví a visitarte...

Te condeno …l viejos

Te condeno
Por tu soberbia mineral
Por tu rigidez inmutable
Por tu indiferencia infalible
Por tu estilo posesivo y tamaño legal
Te condeno
Por tu mirada
Rienda de mis palabras
Por tu boca
Estandarte de mi destino
Por tu cuerpo
Explosion conjunta de todo tu ser
Y te condeno, sobre todo,
por no poder
abrazarte y olvidarme de todo…

Sensible... l viejos

Para encontrarte recorro
mi calma,
que calla, a gritos, la prisa.
Esperando
desesperados aromas,
de flor silvestre, en la brisa.
Para desearte me adoro,
hedonista, en el alma.
Para soñarte, despierto
dormidos placeres exóticos.
Suntuosidad de vigilia,
placer pervertido, lujuria,
recorriendo inmutable
la reacción del mudo.
Para verte los cierro y,
aun cerrados, te veo.
Desafiando la usanza,
atravesando el limite
de mis ojos infinitos...

Perdida... l viejos

Se corta en aire turbio
Quema de frío
Angustia, y se provoca
Ilusionada
Hipócrita dueña
Del muerto que lleva
Dueña del esclavo
De un rostro de humo
Confusión de una mañana
Cerrada
Abierta el alma, de calma
Muerta la puerta,
Abierta.
El alma y el muerto
Dudan expectantes
Esperanzados en la luz
Que se vislumbra desde afuera…

domingo, 9 de septiembre de 2007

La escalera del museo.

Como un reto, a la escalera se le asoma
un viejo, vencido, canoso y agitado que,
con el brazo temblando en su baranda,
baja esa eterna escalera con dificultad,
solo el bastón recto se apoya firme,
como un recuerdo de su pasado viril.
Sobre la misma escalera, al pie,
gateando un puñado de vida,
de nena, en dos manos, dos pies
y en cuatro, que no se da por vencida.
Alguien parado en el descanso fuma
mirando, a través del humo, escalera abajo.
Al pie, casi al final, se sienta aquel
pantalón de jean con rulos que,
entre su música auricular, solo espera
a que termine de sonar su último tema.
Mientras, todos bajan…
Y, finalmente, ya vacía,
la escalera yace sombría, al despedir
la última risa de un sombrero rojo.
La puerta, arriba, ya cerrada.
La noche de entrada con llave,
desierta queda la escalera,
abandonada por sus amantes pasajeros diurnos.
Extrañando aquellos pasos, suspira y las estrellas
se reflejan en sus lágrimas nocturnas,
desde el espejo de su llanto la ven,
iluminando sus escalones desolados
sobre el correr de la cascada de un baldazo.

sábado, 8 de septiembre de 2007

Ahi vienen...tus chancletas... fiesta

Hoy nos iremos con ganas de fiesta
y con este calor vestiremos la piel.
Me subo al tren de tus chancletas,
con un boleto de agua, destino al sol.
Brindemos por nuestra luz,desde la botella
y, del pico, silencioso amigo, descolguemos
los harapos y palabras, ya invernales, viejas
y entre cosquillas y brisa fresca, bailemos.
Guirnalda de colores, desde mi balcón
poblando el horizonte, se estrechan.
Y bajo a subirme en tus chancletas,
con un boleto de tu luz, destino al sol.
Que lindo el aire del camino sin respuesta.
De mas, las preguntas, a su dormir se van
y nuestros pies sobre tu chancleta, en tren
de sol, solitos los dedos saltando, ya era fiesta.
Al ritmo del timbal se oyen dos corazones latir.
Flotando, sobre aquel tren, el sol oyó y bajó, a seguir
la luz de cuatro pies bailando en un par de chancletas,
para descubrir el secreto azul que irradiaba aquella fiesta.

Corazón preso y ladrón..

Que infame es mi ladrón corazón
cuando en su pluma, y tinta, laten
tus viejos miedos, y se debaten
tus fantasmas con mi inspiración.

Temo robarte, por escrito, el aire.
Fiel traicionera y vampiro pirata,
mientras posas tu herida y desaire,
mi pluma, con sangre, te retrata.

Y respiro obligándome,
en cada letra, a resistir
sus encantos, recordándome
no saquear la miel de tu sufrir.

Pero la pluma, sin mas, se revela
e, inevitablemente, el jugo de la vela
mancha tus candados y tu tesoro,
ocultos del sol y ocultos de oro.

"Como la frente en su piedra
convicto, por opción, de su dolor,
tu hilo, en fantasía nueva, enhebra
el miedo, dictador, del viejo amor.

Entre aires de tu cielo negro, dudoso y nublado
de pasado, blanco pasado en cadenas, tatuado
solo, el dolor respira sobre tu bella ilusión.
Que infame es la ironía de tu preso corazón".

jueves, 6 de septiembre de 2007

-: Papito...aprendé

Los dos tomamos la leche,
pero tu café se me va y lo llamo
de manchas con mi Toddy
-: Vení para acá!
Tengo más sorbitos para contarte.
Vos me haces el desayuno caliente
y yo quiero ensuciarte y abrigarte.
Compartir tu medialuna y mis galletitas.
Reírnos juntos y hacer miguitas.
De mi trabajo a tu escuela,
tu guardapolvo negro quedaría mejor
si le pinto con mis crayones una flor.
Cumplís todas las materias, cada día
y cada mañana veo que no aprendiste nada.
Cuanto trabajo que me das Papito!
Cuantas veces más te tengo que decir
-: Tomate a mi lado, despacito, el café,
que mi Toddy con leche te quiere y, se ve,
que te dan poco recreo, en tu escuela
de grandes que olvidan lo mas importante.
De compartir despacio el desayuno y reír.
Cuantas veces más
Te lo tengo que decir…!

El viento y la hoja...

Adormecida, caída y quieta aquella hoja
Sorprende al viento que se toma una pausa
Se posa en ella y, girándola en susurros, la alza
Mareada, confusa, casi seca y roja

Emprendiendo largo viaje desde su otoño
Abrazados, inquietaron en su andar
Inviernos, primaveras, veranos y mar
En remolino de soplo y beso han visto el mundo girar

Viento que me has vuelto fresca con los brazos de tu vuelo
Y un septiembre, verde, me devuelves con nueva raíz a este suelo
Si tu andar volando fue siempre tu destino inevitable y tu costumbre,
Cada fruto de mis primaveras, que alcanza el otoño, esperara despierto
en mi sueño, tu pausa...

martes, 4 de septiembre de 2007

-: Señor avión...

Señor avión, un momentito,
acá estoy, soy señorita avioneta
y vuelo un poquito más bajito,
desde la mano alzada de un chico en bicicleta.

Quiero contarle que toditos los días
lo veo pasar temprano desde el mar, y volver
tan tarde que debe andar con ganas de comer.
Yo le dibuje un mapa de ruta de alegrías,

y le hice un pastelito de cenar.
Cuando levante el viento con prisa,
voy a despegar y se lo voy a llevar,
aleteando desde la pista de mi repisa.

Señor avión, haga escala en mi jardín
y enséñeme todo su saber sobre volar.
Ya le mande, yo a Usted por correo, al soplar,
carta de presentación en un papel de chupetín.

Practico mucho, todos los días, desde la pared
remonto hasta la ventana y, mientras, pasa
su vuelo por el techito de la casa, y me abraza.
Pedaleando más fuerte, yo despego con Usted.

Con mi fuselaje manchado de pan, manteca y miel.
Prendo motor desde el arco iris, en altura crucero.
Y Aleteamos, con su estela de frágiles alas de acero.
Y mi recién pintada, invencible, avioneta de papel.

Semáforo rojo...en flor

Chillando una bocina, tu cara aparece
entre el domingo y mi camino ameno.
De semáforo rompiendo el paso, nace
en rojo, mi pausa y tu pie en el freno.

Yo parada entre cruces,
perdida de calles en rojo.
Vos me prendiste las luces
del guiño, y desde tus ojos.

Tu retrovisor te enmarcaba
con un suspiro inadvertido,
regalando a mi corta parada
tu mirada blanca, entre el gentío.

Se congela, de luz, en el tiempo,
el tiempo, y nos encontramos,
solos entre la gente, el viento
y un señor, vendedor de ramos.

Que me regala, en mi esquina
sin remitente, tu flor naranja.
Perfumé mis ojos en tu retina
y, desde un pétalo, en la zanja

el domingo refleja una magica suerte,
que comparten los extraños al andar.
Cruzando los pasos, sin mas que buscar
entre mis sensaciones, pude verte.

Tu mirar apenas tradujo una frase
masticada por el ruido del motor.
De tus labios, solo se escucho-: Pase…
Y en tu espejo guardabas mi sol y tu flor.

Con un pie en la calle, entre pétalos y mimos,
al ajeno reflejo de tu espejo en rojo, le sonreí.
Cómplice, fresco y fugaz abrazo, en amarillo, de domingo, compartimos
y de la mano de la vida misma de aquel tallo, en verde, te crucé y me fui.

domingo, 2 de septiembre de 2007

El cantor..

Un lunes de azul y amarillo,
vino, despierta, la voz de tu brillo,
a darle luz a mi dormida letra,
mientras tu boca interpreta.

En puro chocolate derretido,
mi mejilla se hace agua, y en mi oído,
de sonrisas discretas, al azar,
se debaten dos hoyuelos en mis pecas.

Sentada de verde, al publico, tu alma,
vuela en las alas de tu canción.
De tu estribillo, crece la calma
y, de entrecasa, se desviste al corazón.

Al hombro llevas el alma, y tu don
a tus pies, en cada frase, crea un nuevo día,
en huellas de letras, entre aires de algodón,
voy detrás, rastreando el fin de tu melodía.

Cuchareándome a tu sabor de anís,
deshago mis pasos y traigo conmigo,
la esencia de tu voz en mis oídos,
entintando la hoja y por tu culpa, feliz.

sábado, 1 de septiembre de 2007

Tu abrigo

Volviste con pan en trocitos
a alimentar mi necio apetito.
Con tu mano, disimulada,
te amigaste a la mirada
de mis ojos perdidos,
demoliéndose en desafíos.
Nuevamente te acercaste
a mi furia, de alas desveladas.
Con paciencia me abrigaste
de sinceras pinceladas,
entre viajes y destinos,
de colores pueblerinos.
Vino tu voz, cada vez,
a darme pan, otra vez.
Mi vuelo se alimentaba
de vueltas, sin querer ver,
ni mirar por que pasaba
de ti, mi loco querer.
Comeré de tu mano abierta
y saldré un rato a volar,
para volver a la puerta,
abierta, de tu simple caminar.
Si me alejo en el camino,
es irme, un rato, nada más
para volver, feliz destino,
al viejo nido, en tus brazos, mi paz.