martes, 4 de septiembre de 2007

Semáforo rojo...en flor

Chillando una bocina, tu cara aparece
entre el domingo y mi camino ameno.
De semáforo rompiendo el paso, nace
en rojo, mi pausa y tu pie en el freno.

Yo parada entre cruces,
perdida de calles en rojo.
Vos me prendiste las luces
del guiño, y desde tus ojos.

Tu retrovisor te enmarcaba
con un suspiro inadvertido,
regalando a mi corta parada
tu mirada blanca, entre el gentío.

Se congela, de luz, en el tiempo,
el tiempo, y nos encontramos,
solos entre la gente, el viento
y un señor, vendedor de ramos.

Que me regala, en mi esquina
sin remitente, tu flor naranja.
Perfumé mis ojos en tu retina
y, desde un pétalo, en la zanja

el domingo refleja una magica suerte,
que comparten los extraños al andar.
Cruzando los pasos, sin mas que buscar
entre mis sensaciones, pude verte.

Tu mirar apenas tradujo una frase
masticada por el ruido del motor.
De tus labios, solo se escucho-: Pase…
Y en tu espejo guardabas mi sol y tu flor.

Con un pie en la calle, entre pétalos y mimos,
al ajeno reflejo de tu espejo en rojo, le sonreí.
Cómplice, fresco y fugaz abrazo, en amarillo, de domingo, compartimos
y de la mano de la vida misma de aquel tallo, en verde, te crucé y me fui.

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