miércoles, 29 de agosto de 2007

El grillo y ella

Mareado en tus ojos, navego en mi balsa
de abrazos, pedazos, de piezas
que rompen cabezas, mi pasado,
remendado, te hilvana un trapito
amigo del piso, se sonrie un gusanito
en el pasto de tu verde ilusión
y un vivo corazón,
dibujado en la pared, late mi mundo
redondo y sin fondo
blanco, desde la copa, el cristal
de tu mano, índice de mi piel
suavecita, la osita de peluches duerme
en infancia de ventana azul
y el viento sopla mis velas,
encendiendo el farol amarillo.
Y aquel coronado grillo y su melodía
de membrillo untada a mi pan
fresco, sobre el mural pintado,
tu paisaje, renacimiento
de claroscuro clásico, suena
escondido, tu grillo en mis oídos
perforados, con perlas
en ostras profundas de mar
rompiente, en olas y espuma,
diluyendo en mí, orilla
de arena, el castillo.
Salvaje en altamar, mi fortaleza,
de palitas y granos de arena,
es un puñado ante tu marea
roja, la frutilla se vuelve racimo
en las uvas de mi copa de vino.
Vacía ya, la noche y la botella,
ven pasar una estrella,
de coronita amarilla, mientras
las letras sobre la mesa,
rayan suspiros de estribillo,
vuelve, con su luz, el grillo
a cantarle a su noche princesa.

No hay comentarios: