lunes, 7 de septiembre de 2009

Quiero hoy...

Un sueño al amanecer, de piel, puro sabor a miel
Una sonrisa sensata y una ilusión viva en los ojos
Un chupetín y una cita a la nada para ir a jugar
Un proyecto que no valga la pena olvidar
Un libro al que siempre quiera recordar
Una madre que siga acariciando mi mejilla
Una lagrima que se merezca derramar
Y una risa eterna para transitarla
Un defecto para reírme con amigos
Una virtud para armar sus piezas rotas
Un sol que ilumine donde hay bondad
Una playa para dibujar palabras que cuide el viento
Una tarde mirando al horizonte y la brisa tibia
Un cuarto de galletitas, en bolsita, para compartir
Un vestido ligero del color de la primavera
Un flequillo despeinado que se deje peinar
Un par de jeans gastados, junto a los míos
Una vereda limpia y escuelas que eduquen
Menos fútbol de segunda, mas pasión de primera
Menos ignorancia, para aislar al corrupto
Menos modas y modismos, más verdad
Menos bueno, bonito y barato, más real
Mantener la libertad y construir un amor
En un pecho sin fronteras que guarde mi nombre
Y en ese pecho ancho, desarmado y latiendo
Pueda apoyar mis mejillas, cada día, en su abrazo
Para descansar mis ojos, que poco se sorprenden,
Y sentir, en su calidez, recuperar la justicia de este mundo.

jueves, 27 de agosto de 2009

Vida Moderna

Los hombres y las operaciones financieras

Cuando se vive en el vértigo de la espontaneidad es inevitable enamorarse del aquel con el te chocaste, al dar vuelta la esquina, simpática sonrisa que atraviesa tus ojos luego del accidente callejero y te deja fabulando sobre una próxima vez; tanto como ver un departamento en construcción, que ofrece sus maravillosos proyectos, a futuro cercano, de modernas y nuevas terminaciones, para salir corriendo a la inmobiliaria a señar un maravilloso castillo en el aire que transportara a la princesa merecedora, en brazos, a sus gentiles metros cuadrados sin estrenar. Entonces, así, como le sonreímos al apuesto con quien nos chocamos por la vida, vamos y señamos un departamento que aun no esta ni construido.
Como soñadoras que somos, seguimos depositando esperanzas por doquier, en versiones multifacéticas. Algunas, por una pequeña suma más costosa de lo que esperábamos. Y nos preguntamos-: de que sirve estar vivo si uno no arriesga? Impetuosas, decididas y enamoradas de la vida, continuamos, como topadora sentimental, avanzando por terreno baldío desconocido en ambos casos.
Apostamos los ahorros que uno vino apartando por años, a la vez que las esquinas de la ciudad nos siguen dando la adrenalina suficiente, cuando nos seguimos chocando con el mismo sonriente caballero apuesto y, de repente, comenzamos a creer en el destino.
Avanzamos! Queremos chocarnos con esa misma persona más seguido para conocerla. Y si, avanzamos, queremos esos metros cuadrados, a estrenar, que borran cualquier indicio de vida anterior! Hombre nuevo, casa nueva, vida nueva! Los días pasan, los gratos tropiezos se repiten y, también, el boleto de compra-venta se acerca. Nosotras, las que no entendemos de contrato ni de números, pero si de sentir, recibimos complacientes la invitación de un hombre tanto como los documentos a firmar para la compra de aquellos sueños. Y, por supuesto, nos dedicamos a ambos, con la misma pasión que mama cocinaba, dedicadamente, para toda la familia un domingo al mediodía. Con el aroma que deleita los sentidos, se incrementan los encuentros, los diálogos y se intercambian los puntos de vista.
El hombre, que acabamos de conocer, luego de varios choques risueños de esquinas y un intercambio de teléfonos, nos deja conocerlo y reciprocamos. El contrato que nos envían para firmar, luego de varias lecturas y dudas al respecto, se nos presenta listo para la firma. Comienzan, uno y otro, con cierta falta de aire de nuestra parte, a amalgamarse en dificultosa tarea de dilucidar hasta donde, lo que se nos presenta, tiene la capacidad de protegernos ante las, incomodas o no tan legibles, eventualidades:- Tiene letras chiquitas que no leí? Con el tiempo, puede modificarse y tornarse en una carga que, difícilmente, uno pueda soportar, como una cuota de fideicomiso que aumenta y aumenta excediendo nuestros ahorros e ingresos? O, aun peor, puede ser un gran fiasco, en el que caímos por atrevernos a confiar en el encanto de extraños? Los hombres, como los capitalistas y fiduciarios, comienzan a parecernos entonces un enigma con el que nunca antes nos habíamos encontrado. Que pasa si, después de señar, uno cambia de opinión porque no le gusta el convenio que viene después? O, lo que terrible seria, que hacemos si en el medio del baile una se da cuenta que, en algún punto, puede quedar desprotegida, luego de haber recorrido largo trecho? Si no se cumplen los contratos escritos o tácitos? Y, esencialmente, como poder ver, con seguridad, la “intención” de ese otro con el que estamos pactando? Muchos dicen-: el que no arriesga, no gana! Otros dirían-: yo compro cuando tengo, absolutamente, todas las certezas que todo va a ser, exactamente, como quiero! Como saberlo? Y si, por demasiada precaución nos estamos perdiendo de algo bueno?
Después de todo, nadie, nunca estará en tus zapatos.
Por lo que, luego de hacer tus caminatas personales por la vida y las pases con el impulso emotivo propio, uno, finalmente es el único que puede decidir tomar ese vertiginoso riesgo de confianza.
Y si así fuera, la única recomendación que pude obtener para el futuro, en ambos casos, es que, tomes la decisión que tomes, si quieres seguir siendo una romántica por la vida:- hay que seguir apostando! mientras te procures tener, bien a mano, un buen amigo contador y, eventualmente, otro abogado!

lunes, 20 de julio de 2009

El chat

Ella soñaba dentro de sus ojos multicolor. Él mostraba un cuadro de principios y valor.
Formal, prolijo, ordenado, el y sus silencios. Arrebatada, avasallante, ella toda despeinada.
Se contactan por un conocido, accidente en común, colega o compañero a mano, que predice el encuentro de los planetas y la coincidencia mutua. El futurólogo que uno siempre tiene cerca los introduce, modernamente, intercambiando la intimidad publica de sus direcciones de chat para cumplir los objetivos del glorioso encuentro de aquellos seres perdidos que necesitan esa especial dirección de mail, o cualquier dirección de mail para visualizar, del otro lado del @, su cucharita invernal y su pedazo de piel ajena que, calentita y generosa, nos abre las puertas mas esperadas de la inalcanzable e inagotable, histórica búsqueda de ese tan ansiado: amor.
Esa palabra que nos deja enamorarnos de la vigilia, de la espera, del momento previo, de la expectativa, de ese otro que imaginamos, de ese otro que vestimos y nos habla de amor; ese que adoramos sin conocer, que armamos como un rompecabezas, como un antídoto, como la pastillita para el corazón.
El interés se traduce en intercambio, el intercambio en ansiedad ante un anónimo que nos habla, el habla se arma y el intercambio disfrazado, de la torpe seguridad, comienza a construirse en las líneas escritas del chat.
Las palabras, sin cara ni gestos, vuelan en la pantalla:
buenas, qué tal, como va?, muy bien, vos? bien, contame algo, qué te gusta?, a mi me encanta viajar, tomás té?, saborizado, vos? , también!, te gusta leer?, claro que si, tengo a Nietsche y Jung en la biblioteca, que interesante lo que lees!, te gustan las mascotas?, me gustaría tener un perro pero no tengo lugar, podes tener uno de esos toy entonces, cierto no lo había pensado, supongo que trabajas, si aunque mi verdadera vocación es la naturaleza, me uniría a greenpeace para ir a rescatar ballenas, me imaginaba que serías un alma sensible, te gusta hacer alguna actividad al aire libre?, voy a correr por el parque, vos?, me escapo al campo los fines de semana, me motiva escapar de esta ciudad, a mi también!, que buena charla no?, sabes que si? Podemos seguirla personalmente con unas copas de vino de por medio y explayarnos!, "mmm, si...creo que podríamos pasarla muy bien", vos creés?, "si, claro..por qué no", parece que la química está haciendo de las suyas!, habrá que probar la interacción de nuestras células entonces!, mmm... jajaja..si, me parece divertido; que hacés en la semana?, esa pregunta es una invitación?, jajaja…podría serlo!, te gusta el cine?, claro que si podría hablarte por horas y analizar las relaciones que se forman entre los personajes, que apasionante!, viste esa peli que habla de las relaciones entre el hombre y la mujer?, cuál?, esa que son varias relaciones con una principal en la cual la chica siempre se queda enganchada con lo que los hombres le dicen, querrás decir: simplemente no te quiere?, si!, es muy buena! La viste?, si! Muy buena, sobre todo porque el que le da todos los consejos tiene el corazón mas cerrado que el trasero de un muñeco de plástico y, mientras tiene al lado una persona con la que disfruta compartir, sigue siendo un necio con el amor y tan ciego que vive rechazándola?, no! no, para nada! es ella la típica Susanita que se cree todo lo que los hombres le dicen y, en realidad no entiende que ellos dicen todo lo contrario a lo que después hacen; entonces, dejame decirte que son los hombres los que tienen un pequeño problemita para ser claros y hacer coincidir el sentir con el decir; jajaja no me podes decir eso, claro que te lo digo, en serio; léete lo que estas escribiendo! Jajaja..Te pareces a la Susanita de la película!, solo desde los ojos de alguien tan negador y con tanto miedo a involucrarse!, Me lo estas diciendo a mi?, No, te estoy contestando de la misma forma en que vos me contestaste a mi, con esa comparación! A mi me parece que estas diciendo cualquier cosa, sos una sacada! Será que vos no estas entendiendo nada entonces! Qué tengo que entenderte a vos, que ni te conozco y me estas llamando cerrado y, encima, te me estas pegando como una sopapa hablando de involucrarse? Sos vos el que saca el tema, ni me conoces a mi y me llamas Susanita, te pensas que te estoy pidiendo casamiento?, creo que tenés tantas ganas de que eso te pase, pero debes ser un frustrado que lo único que puede hacer es conformarse dando lecciones de macho por chat! Ok, Susanita, anda a tu casa a tejer, gracias cariño cuando termine la bufanda te la cuelgo del cuello, con veinticinco vueltas bien apretaditas para que te acuerdes de este amorcito! Desubicada… Pedante…Histérica…Cobarde…Chau!…Chau!
Ella soñaba dentro de sus ojos multicolor.
El mostraba un cuadro de principios y valor.
Ella nunca termino de entender si este desconocido odiaba a las mujeres.
El nunca terminó de entender que quieren ellas.
Ella volvió a mirar esa película.
El volvió a mirar esa película.
Que pelicula malisima..!
El, formal, prolijo, ordenado y sus silencios.
Ella, arrebatada, avasallante y toda despeinada.
Dos personas, como vos y yo…
Y siempre sigue haciendo su laburo, el incansable futurólogo, el conocido, el accidente en común, colega o compañero a mano, que no deja de creer, ingenuamente, en la unión de las almas solitarias, por medio de su moderna herramienta conectora, el inútil e inexpresivo msn chat y, eventualmente, en la posibilidad que alguno de sus cupidos exprima el uso del mismo, tire la toalla y quizás, inesperadamente, encuentre: al amor.
p.d.: "mejor la seguimos por msn...?"

martes, 10 de marzo de 2009

Cenit

Con ellos, del cielo rojo en el arado,
llueven monedas, en todos sus lados
un oro puro, entre el brillo y las huellas,
de aquel infinito, coronado de estrellas

Subliman vacíos, desde y hacia adentro
cometen arrebatos, perdidos, de silencio
madurando, de su fruto, el encuentro
de los eternos dioses, cabellera al viento

La hierba arada se eleva de su madre
y en todos los dioses, la cara del hombre
arando la tierra, clavando con hambre
su filo de vida, entre ella y su nombre

La vida renace, respira, entre ellos y aquello,
la cara del dios hombre, su nombre y ella
veneran la huella clavada, nutriente y bella,
tan inmortal y efimera como su destello...

martes, 10 de febrero de 2009

En ese lugar

Te busco al morir de mis fronteras
marcadas por el fuego en la piel
del camino
Incendio mis creencias con la fuerza vencedora
de la necesidad inevitable
del destino
Incendio mis aguas, mis vestidos, mis escritos
para volver al blanco ceniza colectivo
del recuerdo
Luego de haber quemado todo, sigo ardiendo
con la antorcha, alumbrando
lo oscuro
en agujeros negros, como desafíos,
me abandona el cuerpo rojo
y me abrigo
De sed, entre fantasmas heridos,
blanquecinas almas naufragando
en mi olvido
Recorren mis cenizas, tibias por el fuego
que latió el recuerdo en todas las almas
y en mi vuelo
Puedo ver, con un ojo, la nada
que todos padecemos, y con el otro
en llamas
Entibio mi duelo
Mientras tanto, uno tras otro
Mis fronteras se extienden y allí, en lo inalcanzable
un mientras tanto tras otro
Detrás de los oscuros escritos lineales
en lo arduamente inalcanzable, innumerable y oscuro
de la llana ceniza del tiempo
sobre la vaga piel, te espero

Rainy lethal weapons..





so cute, so dangerous...




(dedicated to all those who walk along the streets of our neighbourly society considering themselves just: so tall...)


Sign: the "one eye left" victim

auch!

jueves, 25 de septiembre de 2008

Vida Moderna

Café a la turca...

Aromas de Oriente. Granos molidos. El olor a la pastelería preparándose en el horno. Penetrando los sentidos nos conectamos al mundo, cada día. Listos para comenzar el día, no sin una parada previa por la cafetería. Nos cruzamos cada mañana con el morocho que nos prepara el café para llevar y que, siempre, nos mira desde sus tupidas cejas, con esos profundos y atractivos ojos negros. Creemos, o inventamos automáticamente, que viene de Arabia y le ponemos un turbante, el caballo y una dote de mil camellos por nuestro rescate. Hasta el café que nos da, en su precario vasito de cartón que quema los dedos y tapa de plástico, no reciclable, sabe a cardamomo e historias lejanas, casi sublime. Un placer para el paladar de los fantasiosos sentidos. Mientras esperamos que el termine de espumar la leche que coronara un magistral brebaje despertador, cerramos los ojos, inmersas ya en nuestro sugerente atuendo de odalisca. De golpe, el codazo del petizo de al lado nos empuja a la caja para pagar la cuenta. Salimos, suspirando, una vez más, con el café y el morocho de nuestros sueños pegado en nuestra sonrisa para comenzar el día. En pocos café con leche mas, le sacaremos charla. Mientras tanto, cada mañana, este príncipe nos prepara su brebaje de energía. El hombre perfecto que nos trae el café nuestro de cada día. Vamos a hablarle, a contarle los viajes que hacemos juntos por el mundo mientras esperamos que muela los granos de expreso hasta que le pone la tapa al vasito para entregarlo. Esta mañana será el momento. Casi despiertas, ordenamos ese maravilloso expreso con leche y hacemos la cola recorriendo todas las posibles ganadoras frases que vamos a decir al tomar el vasito que se desprende de sus fuertes manos bronceadas, mientras miraremos los maravillosos y penetrantes ojos negros. Seguimos haciendo la cola, avanzamos lentamente flotando en algodones del placer que antecede al intento de hacer realidad la imaginación. De vuelta, el codazo! Petizo maldito que todos los días me apura para pagar. Pinchando mi globo me doy vuelta y le digo-: Podes dejar de empujarme? Todas las mañanas haces lo mismo! Podes tranquilizarte ya? Pero el sonriente petizo no hace acuso de recibo, saluda y nos sigue apurando. Y, nerviosas, nos damos vuelta hacia la caja registradora de nuestro príncipe de Arabia, para tomar el café con la mano que se extiende, apurada por el incomodo petizo, con celeridad atraviesa la distancia, la mano bronceada, el vasito, la tapa, el café y el ojo del morocho que, ofuscado nos clava su mirada penetrante. Gritando desde sus ojos, del dolor del cafecito caliente que le volqué encima. Todavía estoy a tiempo de hacer algo, decirle algo y busco una carilina en el bolso para rescatarlo. No tengo ni una, solo el bolso lleno de lapiceras, tickets, perfume y la agenda. Con su cara roja y mi demora, se me acerca y me dice-: no me vas a decir nada? Yo, tan resuelta como siempre, ante su cara ardiendo por mi culpa y con el petizo que me sigue apurando atrás, me sonrío, más colorada que el aun y le digo-: si claro, quisiera también dos sobrecitos de edulcorante, si?
(Me voy, acomodando mi carterita al hombro y pensando que alguien me había mencionado sobre lo buena que esta la nueva cafetería que pusieron enfrente.)

domingo, 7 de septiembre de 2008

El glamour de la intimidad

.

Un testeo de sintonía es un constante “verificador” de la calidad de la comunicación. Es lo que ocurre entre el hombre y la mujer. Atravesamos calles, ciudades y mares en busca de aquella otra persona con la que podamos establecer una sintonía de impecable calidad. Cuando nos conocemos poco y nada, debemos atrevernos a probar y dejar probar. Queremos la sinceridad ante todo, entonces decidimos dejar ver aquellas practicas costumbres que todos tenemos y que hemos constituido, felizmente, a través de los años de convivencia con uno mismo. Costumbres como cuando el, volviendo del restaurant con ella, abre la puerta del auto y le pide a ella que le de, de la guantera, un enjuague bucal que utiliza “ipso facto”, mientras ella lo mira con desconcertada dulzura y, luego, el auto abandona el estacionamiento dejando un simpático charquito! O cuando ella tiene un bolso enorme en el que lleva un juego extra de medias, ropa interior, artículos de tocador y, cuando el la pasa a buscar a la salida del trabajo le explica que la falta de tiempo no significa que ella no pueda encontrar un toilette en donde optimizar unos “organizados cuatro minutos” para lucir esplendida y fresca! Todos adoramos el “glamour” de las citas, pero tratamos de hacer las pases con uno mismo y con el otro. Aun así, esas pequeñas verdades que uno va descubriendo del otro quedan levitando en el aire de las ideas y permanecen. Permanecen, se asientan, se ramifican! Y luchamos por seguir siendo auténticos y no perder la magia. Mientras, cada día, vemos y dejamos ver más. El “glamour” se reemplaza por una salsa bolognesa casera compartida y la pasta se amasa de a dos. Entre la complicidad de la intimidad y los días, ella le lleva el enjuague bucal en la cartera y se lo pasa antes de subir al auto, y el guarda, en la guantera, un estuche cosmético y desodorante femenino en el auto, para que ella no tenga su bolso tan cargado en la semana. Pronto el le pasara los pañuelitos en la cama y ella sacara las medias que el entierra dentro de la cama, día tras día. Triunfo. ¡Viviendo el secreto de la verdadera intimidad! Mientras, en la cama, la película nos muestra dos personajes perfectos que despiertan nuestros más oscuros placeres. Y, en el trabajo, el fantasea con la secretaria y ella, platónicamente con su jefe. La fantasia debe fluir! De todos modos, queremos volver a casa. Con el paso del tiempo el rito del dormitorio esta constituido por pijamas, carilinas, entierro de medias sucias, rascadas de espalda y algún vestigio de salsa bolognesa compartida. Nos bajamos del “tunning” de los tacos agujas y la corbata de etiqueta “negra”, sacamos del freezer el helado, ambos en camisetas y volvemos al frecuentado monoambiente multifunción: ¡la cama! De la cocina al dormitorio, charlas, cenas, películas, lucha de almohadones y un helado compartido del pote. Después de todo, el verdadero "glamour" y más dulce postre se disfruta de la magia que la intimidad colorea entre las sabanas donde, si tenemos suerte y alguien a quien amar, siempre encontraremos una “cucharita” para saborearlo.

miércoles, 27 de agosto de 2008



...de las mas hermosas, cada día,

fugaces y eternas al despertar...

martes, 17 de junio de 2008

Lo que, próximamente, no se verá en las revistas!


¿Qué nos pasa?

Cita a ciegas

Por estos días en que el amor ideal existe y se lo compra en mercado libre, en que asignados a un sitio on-line podemos ofrecer nuestros deseos, soplarlos al universo y que, del otro lado de la banda ancha, aparezca, a modo de “cita a ciegas”, nuestra alma gemela; suele suceder que la saturación de información, publicidad e imágenes nos envuelve entre deseo e irrealidad. Contestamos todos los mensajes de texto que el arduo día de trabajo apenas nos dejó leer. Los que aún no tiramos la toalla buscando el amor ideal, vemos como los matrimonios duran tanto como los trámites de divorcio. Y muchos vuelven a unirse al club de la libertad de la soltería. Entonces vamos, una vez más, del trabajo a casa y entramos on-line a ver qué clase de peces tiene este mar. Intuición aplicada, elegimos y acordamos tener esa cita en la que uno intenta mostrar lo mejor de sí y dejar lo pasado: “pisado”. Es decir que, en la práctica, nos vamos de shopping, hacemos unos trucos de belleza y sacamos del cajón algún “speech” que nos hará lucir impecables. Finalmente, perfumamos toda la previa con alguna intoxicante fragancia que garantizará el éxito. Y, allá vamos, desplegando artillería, ropero encima, para ganar la batalla de la conquista. Tono casual. Bonito restaurante. Horario prudente y ambos ansiosos. El encuentro. Miradas. Segundos en los que él piensa que ella está dulcemente buenísima y ella piensa que él es una persona responsable y comprometida. El beso en la mejilla que, entre nervios, parece rozar ambos labios y la mesa reservada. Sonrisas, amabilidad y expectativas. Ella va a quitarse el abrigo. El piensa en ayudarla. Ella piensa en que, quizás, él va a ayudarla entonces lo hace lentamente. El piensa que si la ayuda puede quedar como una especie de retardado romántico y decide simplemente mirarla. Ella, sin perder las esperanzas lo hace más lentamente aún. El piensa en lo lento que ella se mueve y duda de sus capacidades motrices. Ella nota que él la esta mirando raro y fijo, mientras ni atinó a ayudarla. También ella está pensando que la cara de él encierra algún misterio, ¿quizás depravado o con algún tipo de tara? Los dos se sientan y traen el menú. El mozo pregunta-: ¿Dos? El responde-: Con uno basta, compartimos. Ella vuelve a sumar los puntitos que le había restado tres minutos atrás. El pregunta-: ¿Lomo a la pimienta o cordero patagónico? Ella, que no come carne, dice-: ¡Lo dejo a tu elección, yo decidiré sobre la carta de vinos!-. El, que no toma vino porque ha superado su dependencia alcohólica, responde-: ¡Elegí el que a vos mas te guste! Charlan un poco de la vida laboral y, luego, de los “por qué” del fin de sus relaciones más recientes, sin mucho detalle. O sea, nadie dice que lo dejó porque él tenía un tic obsesivo-compulsivo, o que la dejó porque ella difícilmente quería tener sexo. Llegan los platos y él, muy a gusto, disfruta de contar sus “maravillosamente inflados” éxitos laborales. Ella intenta comer de las verduritas del plato mientras escucha, sin atención, a ese hombre que pareciera no parar de hablar. Quisiera ella preguntarle a él qué es lo que está buscando encontrar en la vida. El hubiera querido hablar sobre lo mucho que le gustaría morderle el cuello a ella. Queriendo “romper el hielo”, ella, con su tercera copa de vino, comienza a reír muy fuerte. Estaba patéticamente aburrida y mareada. El comienza a pensar que debería recomendarle ir a alcohólicos anónimos. Ella, absorbida por el vino quiere acariciarle la mejilla y al acercarse derrama la copa de vino sobre la impoluta camisa blanca del caballero. El, paralizado, confirma que debería enviarla a alcohólicos anónimos. En medio de la patética velada suenan celulares. Mientras él, bañado en vino, abre el suyo para contestar el llamado; ella se levanta enseguida para ir al baño. Ella nunca vuelve. Silencio. La cuenta. La noche. Ella en casa, en pijamas termina de hacer zapping sin encontrar nada que tape el vacío. Abre el celular, no tiene mensajes. El pone su camisa sobre la mesada y tira detergente sobre la mancha. A dormir. Otra noche perdida. Ella hubiese querido un hombre que no se resistiera a besarle el cuello sin vueltas. El hubiera querido una mujer que se interesara por saber qué es lo que él sueña en la vida. Los dos merodean estos pensamientos mientras duermen bajo las mismas estrellas que alumbran dos modernas camas distantes. ¡Millones de camas distantes!...¿Qué nos pasa?





La necesidad y el cambio.

En el vertiginoso ritmo de esta, inevitablemente, querida ciudad, hombres y mujeres, apuradísimos, transitamos la cotidianeidad. Con las temporadas y las modas, mutamos rápidamente para mantenernos vigentes. Cambiamos los muebles, los novios, la ropa, el pelo, el auto, el trabajo o la nariz. Las opciones son cada vez más diversas y nuestras necesidades se nublan de caprichos. Aun así, esas necesidades emanan del inconciente y nos enfrentan, día a día. ¿Buscamos apoyo? Lo tenemos, indefectiblemente, cada mañana de subte lleno. ¿Necesitamos descansar? Nos hacemos un peeling facial que nos muestre una frescura renovada en el espejo. ¿Anhelamos comprensión? Compramos un libro de autoayuda. ¿Buscamos un “cambio”? Pagamos la botellita de agua con un billete de cien. ¿Nos hace falta hablar? Sacamos un plan de teléfono con más minutos. ¿Sentimos el hogar solitario y vacío? Buscamos un perro. ¡Y buscando una caricia, sacamos turno para el masajista! Persiguiendo la pausa, alquilamos una película de cine, “francés”. Si necesitamos excentricidad, entonces elegimos la película de cine “ruso”. En pos de un punto de vista mas elevado, nos ponemos unos divinos tacos. Para encontrar genuino equilibrio seguimos moviendo los muebles como dice la revista de feng-shui. Queremos mas vida sana y consumimos té verde. Queremos más verde y plantamos un bonsái en su pequeña maceta. Queremos echar raíces y volvemos a casa para trasplantar el bonsái a una maceta más pequeña. Con la energía que queda, porque el día no ha terminado; en tacos, ponemos la película para hacer una pausa (entonces la francesa) mientras caminamos con el libro de autoayuda en la cabeza (por la necesidad de equilibrio), movemos los muebles, tomamos el té verde, pisamos al perro, se nos va el efecto de los masajes y el peeling no logra triunfar contra nuestra expresión exhausta. Entonces, casi para la hora de la cena, con una noche hermosa y el estomago crujiente, nos damos cuenta, en lo más profundo de nuestras necesidades básicas, que necesitamos un hombre por lo que, decididamente, con las ideas claras y la satisfacción que ello otorga, vamos por la agenda telefónica, recorremos su variedad, pensamos, fantaseamos y, finalmente, hacemos la ultima llamada del día-: Buenas noches. ¿Delivery? Si, por favor, quiero la torta de chocolate con nuez. ¿Cuanto demora? Ok, fantástico. ¡Si, te pago con cambio! ¡Gracias!
Sabias decisiones tomamos en la vida ante las necesidades mas profundas. ¡Después de todo, uno sabía muy bien que necesitaría el “cambio”!
¿Qué nos pasa?

Paula Alis




La generación DINK

“Término que nace del inglés “Double Income No Kids” para denominar a las parejas de jóvenes entre 27 y 37 años, sin especificar sexos, que, sin hijos, aportan un muy buen ingreso total. Destacados por su afán a la electrónica, la imagen, los viajes y placeres terrenales. Se disponen a distribuir sus ganancias en todo lo que refleje un estilo de vida moderno y entretenido. El interés por el progreso personal y profesional ocupa un papel protagónico. Amantes de la tecnología, el cuidado estético y la salud. Personas con la mente abierta para recorrer el mundo postergando, indefinidamente, la idea de tener hijos”. Al terminar de leer esta definición, mientras cierro la revista, comienzo a reconocerme parte. ¡Que lindo, un grupo al que pertenecer! Armamos maletas y viajamos mucho. Sin necesidad de encuadrar en un “modelo” de hombre o mujer, hacemos y deshacemos según el humor o las temporadas. Combatimos los años cuidando y ejercitando la buena salud, mejorando la imagen y buscando desafíos. Compartimos íntimas relaciones “duraderas”, cuando logran sobrevivir tres meses y hacemos los trámites de separación, entretenidamente, viendo quién se queda con la pantalla plana y quién se lleva la “play station”, dejando pendiente saber a quién le toca el último modelo de teléfono “de la manzanita mordida”, que llega en unos meses del país del norte. Seguimos. Progresamos. Tenemos padres a los cuales regalamos maravillosos viajes a Asia u Oriente para que pierdan de vista la intención de reclamarnos el título de “abuelos”. Les compramos una cámara que saca la foto, automáticamente, cuando sonríen y los guardamos en el avión. Los padres vuelven, felices y cansados. Compartimos una cena, vemos más fotos y cerramos la maravillosa historia del viaje. Todos por brindar y aparecen, desde aquel rincón del living, los rostros de los abuelos. Derechitos, en blanco y negro, mostrando su gesto, casi almidonado de orgullo, presentando “la gran familia” en un segundo que atravesaría la eternidad. Esa vieja foto que perdura en cada hogar, de generación en generación. Y brindamos. ¡Por la gran familia! Nos retiramos pronto. Satisfechos y listos para amanecer muy temprano, ir al gym, a la oficina y seguir disfrutando, solo o con otro, de la individualidad productiva. Unos padres, plácidos, se van a dormir con el calor del conocido abrazo y el amor comprometido de poder mirar hacia atrás, donde nuestros abuelos, y trascender en nosotros, los hijos. Nosotros cerramos los ojos, soñando rápido, programando pagos y cobros, y deglutiendo lo nuevo. Mientras, en medio del torbellino, somos parte de este nuevo grupo que adquiere el goce de la inmediatez; el mundo sigue esperando ser descubierto. Pero escasean los niños y abuelos. Así, las fotos de nuestros viajes pasarán como las modas si no tendremos quiénes, algún día, brinden por ellas. ¡Si nuestras viejas fotos, en blanco y negro, hablaran..!
¿Qué nos pasa?

Paula Alis

jueves, 17 de abril de 2008


la niña y yo...

Detectando el sabor fresco de un beso,
que estará escondido doblando la esquina,
voy siguiendo el tibio aroma de sus pasos,
y ya reconozco la sonrisa de esa niña.
Incansable, soñadora y tenáz.
Rebelde, insoportable de vida!
Mi niña, despeinada, se cree capáz
de evitar su acostumbrada huida.
Por años corrió por las veredas, a buscar
cual fuera la mas real sensación de amar,
remendando el vestido, mi niña, mil veces,
creyó que su esfuerzo le traería, con creces,
el secreto minúsculo escondido en los besos.
Detrás del ideal, solo fueron blancos recesos.
Sigue corriendo, despeinada, ayer y hoy,
su ingenuidad me sigue y yo, con ella, voy.
El tiempo invencible siempre aguarda a la esquina,
esperando que doble, esta vez, la niña incansable,
que de puros años y sueños fue corriendo vida,
salvaje y sonriente ante aquel hombre amable
que hoy se le acerca con su aire fresco, y no sabe
que la niña y yo seguimos buscando, cada día,
salvajemente, el oxigeno, el beso mas puro y mas suave
que la arranquen, a tiempo, de su eterna, rosa y fiel huida.

sábado, 5 de abril de 2008

...!

Hoy la vida se baña de fiesta
frutos rojos, durazno y ron
velas blancas y una canción
que te saca de la siesta

Brindando por la sonrisa
juntos amigos y desconocidos
de la mano que baila en la brisa
amigando todos los sentidos

Ya se viste el ropero de brillos
no es hoy tiempo de dormir la siesta
anuncia ya el canto de los grillos
que esta noche la vida se ríe de fiesta!

domingo, 30 de marzo de 2008

cual es la cara de la duda...



unknown

why, there is never time
and the mistery runs
all over my mind
searching to find out
whos heart is so precious
to my humble writing
whos heart is so gorgeous
and proud to be hiding
behind my so called poetry
evolves the chemistry
that makes us reach
for the one who hides
between these lines
A missing star alone
is looking from the dark
and she knows all alone
the secrets of my heart
and she knows all alone
who we really are...

sábado, 23 de febrero de 2008

el recorrido...



El viento trae aromas de extranjero
entre viajes y desayunos caseros
allí vamos, un vez mas,
en casa o lejos
haciendo huellas del recorrido.
Entre un eclipse y dos años mas,
trazamos los puntos de unión
entre los sueños y la tierra
que pisamos hoy, llevamos
de la mano trocitos de corazones
amigos, soles nuevos por la ventana,
como cajitas de chocolates vienen
acercando sus rayos tibios para
una noche de otoño bajo las mantas.
El camino vuelve y se aleja.
Cada año, cada vida y cada libro leído.
Cada caja de recuerdos.
Cada viejo suéter.
El beso de mama.
El mate con amigos.
Los viejos nuevos anhelos.
Y siempre una primavera en el camino,
dejandonos los pétalos abiertos
para aquel que, mientras deja su huella,
perfuma cada paso de su recorrido...

viernes, 16 de noviembre de 2007

....fluir....

Puedo intentar incoherencias que rimen
pero mejor me hace tu regazo tibio y mudo.
O dejar que todos los pájaros me arrimen
sus hojitas para ocultar mi amor desnudo.

No escribiré preguntas ni futurología.
Sólo apoyé, despreocupada, tu hombro
en mi cabeza y me alejé de todos los escombros,
los ruidos y la locura se fueron con la lejanía.

Sin mandar al sol que caiga, cuando caiga
iremos por un rato de paz, algún sendero
siempre ofrece su caricia a nuestro paso austero
y el limpido paisaje deja que la noche se distraiga.

Bajando, ya tarde, vendrá ella y sus estrellas
eterna de azules, y en tu hombro una huella
que se mece, sobre mi cabeza, una vez más
mientras nos brilla la mejilla del paso de una estrella fugaz...

domingo, 21 de octubre de 2007

jueves, 18 de octubre de 2007

Sivori...en la intimidad


quien lo sabe...?

No existen los anhelos sin la sabia espera
alimentando, en verde, la humana ilusión
de eternizar la esencia, la pasión que no muera
en el sórdido zumbido de un extraño corazón.

Serás aquel que soporte mis raros excesos.
O sos el viento vestido de flores y sabores.
Como saber hasta dar mi frente con tu huesos,
donde se aniquila el límite de todos los amores

Búsqueda eterna con vencimiento letal
la del hombre, la mujer y la adversidad.
Fugaz encuentro que opone un vendaval,
nadando etéreos, sin más que la inmensidad.

Quien sabe sobre quien plasmemos el ultimo adiós.
Solo los sueños nos llevan, quizá, al destino anhelado.
Mientras mi risa hoy viste, de estreno, tu gesto y tu voz
Mi calma espera hacer de tus ojos, un eterno día soleado.

domingo, 14 de octubre de 2007



Mar...sos mi mar"

sábado, 13 de octubre de 2007

... lo que construimos

En eterno deseo del imprevisible futuro
vivimos ilusionados presentes, abrazando
eternamente el afecto que rompe el muro,
creando amistades de sangre y amando
esta vida moderna, que mas tiene de moderna
que de vida, capturando la pureza del abrazo
de puro amigo, siendo el eterno testigo del alma
golpeada o ardiente, siempre viva y eterna
necesaria presencia inevitable que elegimos
como el honor, como el aire, como el llanto
que vale la pena derramar y seguimos el camino
sorprendidos por los cambios y los años,
mientras construimos un lindo pasado común
que, algún día, volveremos a desear, al recordar
desde las arrugas sabias y satisfechas,
compartiendo la eterna mesa que nos hizo
alguna vez, la misma sangre, el mismo vino
que devino en botella vacía y llena la historia
de dos viejas amigas, de manos juntas y arrugadas
que agradecerán a la vida estar tan llenas de memorias...

te quiero amiga"...seré testigo, madrina, y lo que venga también! (como siempre..leales)

miércoles, 10 de octubre de 2007


gracias Maremiel..."

dias de lluvia

Lluvia paseandera, como el viento.
Como mis pétalos y tallos, distraídos,
que silban con tus gotas y soplidos
en mi danza mojada, se oye el concierto.

Entre baldosa floja y verde natural
cantamos en la rota y gris ciudad.
Salpicando las notas en algún ojal
de la nublada y fresca humanidad.

De la raíz danzan los colores despojados.
Crecen los verdes tallos con la melodía
plena, de contraste, bajo el cielo quebrado
nacen las flores, desde el agua del día.

Entre viento, lluvia y todo este verde jardín
abrazamos el sonido de la vida y de las aguas.
Mientras nace del encuentro el arco iris, sin fin
que sorprende a las miradas, desde sus paraguas.

Soneto al dormir

Se te puede ver desde lejos
con tu sonrisa en mis espejos.
Se te escucha entre memorias
de mis versiones de la historia.

Se te siente en mis fantasías,
desde tu verde y bella lejanía,
desde la corta nada hice un suave todo,
que festejo, intimamente, a mi modo.

Nada espero nunca y siempre
vuelve a mi la ingenuidad,
como un primer beso por siempre.

Volando eterna entre amores, ya dormida
saboreo la simple intensidad,
en esta piel que acaricia el volver, de tu partida.

miércoles, 3 de octubre de 2007



la esencia

Quedé remojando entre sus ojos,
de luz abierta y deseos puros,
un silencio, mientras sus cerrojos
se derretían, disolviendo muros.

Quedé rebozando en su mejilla,
de hoyuelo generoso y casi atrevido.
Sonriendo libertad, entre cosquillas,
besé sus blancas alas con mi oído.

Inquebrantable es el perseguir de lo más bello.
Lo mas puro que en algun mundo pueda existir.
Enredo, entre mis dedos, con el alma, sus cabellos,
despeinándolos, hasta acariciar la esencia del vivir.

martes, 2 de octubre de 2007

lunes, 1 de octubre de 2007

El beso

Fue beso tímido, luminoso, palpable,
desde mi piel en tu mejilla, sencillamente
rozando la mía, esencia, que salvajemente
se aquieta ante tu brisa más amable.

Complicidad desconocida y compartida.
Como un caramelo, un rato en tu boca
y tu sabor en la mía dejando, a mi loca
almohada, la luz serena de un bello día.

Se encienden los labios de ojos cerrados
en el mágico hechizo de tu boca de ensueño.
No importan futuros ni eternos pasados,
me duermo en el sublime instante de aquel sueño...

sábado, 29 de septiembre de 2007

Afortunada anoche

Sin la cuota clásica de un farsante edulcorante,
una pizca de locura se mezcla con el instante,
en que , fugaz, doblar por la esquina, a la vida.
De corpiño y sin enagua, sonriente y desmedida.

Corrí detrás, llenando unas copas y bailando,
entre amores y amigas, soñando y jugando.
Para no perderte el rastro me fui aun más lejos,
y peiné a todas las ancianas y bailé con los viejos.

Puse guirnaldas en sus bastones y tanto se rieron,
que, en sus risas, paso de nuevo la vida desmedida,
guiñándome el ojo, tiro la enagua y bailo, encendida
de nuestra cuarta copa de vino, hasta que se fueron.

Y así nos vamos a ir todos, alocados o edulcorantes,
pisando uno a uno, los instantes, de noche y de día.
Abrazándonos a esta vida como sus eternos amantes,
saboreando cada gota de su boca, alocada y desmedida.

martes, 25 de septiembre de 2007

Todos compartimos el viento...

El viento debe tener exceso de equipaje
cargando lunas, jazmines y medias rotas.
Entre tus confesiones yo me distraje
y te conté de algunas lágrimas y otras.

El viento debe llevarse casi un mundo,
paralelo entre todos los de este mundo
que se resuelven resueltos por la ciudad
y se disuelven de azul noche, en soledad.

Cuantos más deberá el viento acarrear.
Si cada llanto es un miedo asegurado.
Donde conseguimos un riesgo prestado
que nos empuje a contraviento volar.

Y casi, cuando uno cree poder dejar
de pensar, fluir y conectar todo su ser
la brisa avisa y el viento suele andar
por si acaso cambiamos de parecer.

Por eso todos tenemos un viento al que compartimos
soplándole todas las confesiones a sus nuevos horizontes.
Allí donde las aves blancas besan los verdes montes
del cementerio de los más bellos tesoros que escondimos.

jueves, 20 de septiembre de 2007

.

El escritor entrego su ensayo y, con aprobación,
ellos palmearon su espalda.
Con el gesto del amo satisfecho.
Devoraron sus frases, las cortaron, fotocopiaron,
pegaron y posaron ante la luz.
Sus cuentas se alumbraron con la deuda
de quien no paga lo que ha ya vendido.
Al escritor lo sentaron, lo amaron, lo corrieron,
lo sonrieron, lo subieron y lo bajaron.
El escritor vio en un cartel alumbrado en la noche,
su frase y un coche.
Se sintió tan apenado.
Pudo ver, en un rayo roto, hasta el reclamo
del sentir traicionado de su bicicleta.
Fue a preguntarles, exigirles, implorarles,
reclamarles su derecho de autor.
Por el izquierdo, ellos, vendieron y compraron un perdón,
como razón, de un desecho mas vacío
para el templo en construcción.
Las marquesinas danzan al borde del vació oculto.
El vacío y el culto se negaron a alumbrar la falsa conciencia.
Ellos le dieron la espalda,
con sus carteles hacia los que apunta la luz
que funda el olvido de caras sin miradas.
El siguió su camino,
con sus papeles hacia donde dobló el viento
y las cosas nunca son tan claras…

Drxler sin los E

Los E y los encantos privados de un DrExler que no debió haber leído
en el crackEr celoso intrometido de la práctica privada publica.
ncandila la sencia de los E y desperdicia sus letras entre tantas E
que no puede scribir la sencia, dejando en la conciencia
un cemento amargo que duele con E y stremece sin primer letra.
Mensajes paralelos, para lelos parecidos,
en los que Drxlr pierde todo su sentido, falto de E.
Y recupera su practica en el mismo instante
en que los E alcancen sus, faltos de sencia (sin E), cometidos.

miércoles, 19 de septiembre de 2007

Eso quiero...

Una flor, un color, un sabor, un amor.
Un dolor, un temor, un tenor, un amor.
Una confianza y una esperanza.
Un viejo mar y un contemplar.
Un silencio dormido.
Un deseo tendido.
Una espera en el destino.
Una sombra en el camino.
Una gota de agua en el desierto.
Una gaviota viva en el mar muerto.
Un recuerdo de mi padre.
Una caricia de mi madre.
Una voz cálida, lejana.
Un pájaro en la ventana.
Una pregunta honesta.
Una sincera respuesta.
Un viejo y suave pijama.
Una tarde en la cama.
Un amanecer mateando.
Un beso, besando.
Una mirada diciendo.
Un corazón latiendo.
Dos amantes despojados.
Caminos encantados.
Sorpresas atrevidas.
Soleados mediodías.
Comidas pasadas.
Pantuflas y almohadas.
Volver a la casa.
Tu mano en mi masa.
Sabanas para dos.
Tu catarro y mi tos.
La perenne intimidad.
Y un rato de soledad.
Un desorden compartido.
Un amor mayor que el olvido.
Una misma voz.
Ningún adiós.
Eso quiero.

sueña que sueña

Sol cayendo en el parque centenario, mientras corría esa nena, antes del atardecer, salteando a los viejos de la plaza para ir al encuentro de su padre apuesto y generoso que, entre brazos abiertos, la encierra en su diminuto mundo de felicidad.
Cuando ya es tiempo la desprende, con la delicadeza de quien saca de su piel la cascarita de sangre madura, y la sienta a su lado. Ella le sonríe y el universo es tan chiquito y exquisito.
Por su eterno abrazo, ella correría mas rápido que una flecha. Su sonrisa es belleza pura, como la espuma en la arena y el arco iris en la tormenta. Su rodilla machucada y el vestidito tan celeste. Y su mirada.
Se aleja, juega y vuelve, corriendo, a los brazos plenos de su universo simple. Asoma una estrella y, de la mano, la noche mientras ella se duerme en los brazos de su padre.
Entre caricias de abrigo y su mundo tan exquisito, chiquita y dormida ella, sueña que sueña que quiere ser grande...

martes, 18 de septiembre de 2007

...

Tu media, agujereada, naranja, en el chapuzón
pasajero, de mi jabón de ilusión, te lava.
Hoy, en la cocina una copa, de ayer, vacía.
El perfume para la ropa y una cobija tendida.
Mis manos de aguja e hilo hilvanan un te de tilo.
La boca que teje la trama, cerrada, que no derrama
su gota y traga, callada, mirando la cobija mojada,
goteando su abrigo en el piso frío de mis pies
desnudos se secan con el trapo, tirado al revés,
de un corazón remendado y mas agujereado.
Como el flechazo del aquél angelito malvado
que atravesó el agua del jabón, la cobija, el tilo,
la trama, la cocina y el perfume para la ropa.
Aparece en el aire de la noche, bebiéndose mi copa,
robándome todas las palabras, quitándome los hilos.
Y que aun hoy merodea, apoderado de mis silencios.
Desde que rompió tu linda media, aquella vez,
Que me disparó, sin consideración, a tus pies...

viernes, 14 de septiembre de 2007

Miedo… l viejos

Miedo, compañero,
inseparable
y austero.
Mi fiel amigo,
inmutable,
previsor
y consejero.
Quisiera faltarte el respeto,
atravesar con mi puñal el centro de tu pecho.
Y solo ahora, cayendo herida, al encontrarte,
comprendo amigo.
Que tú siempre estuviste conmigo
pero yo jamás me atreví a visitarte...

Te condeno …l viejos

Te condeno
Por tu soberbia mineral
Por tu rigidez inmutable
Por tu indiferencia infalible
Por tu estilo posesivo y tamaño legal
Te condeno
Por tu mirada
Rienda de mis palabras
Por tu boca
Estandarte de mi destino
Por tu cuerpo
Explosion conjunta de todo tu ser
Y te condeno, sobre todo,
por no poder
abrazarte y olvidarme de todo…

Sensible... l viejos

Para encontrarte recorro
mi calma,
que calla, a gritos, la prisa.
Esperando
desesperados aromas,
de flor silvestre, en la brisa.
Para desearte me adoro,
hedonista, en el alma.
Para soñarte, despierto
dormidos placeres exóticos.
Suntuosidad de vigilia,
placer pervertido, lujuria,
recorriendo inmutable
la reacción del mudo.
Para verte los cierro y,
aun cerrados, te veo.
Desafiando la usanza,
atravesando el limite
de mis ojos infinitos...

Perdida... l viejos

Se corta en aire turbio
Quema de frío
Angustia, y se provoca
Ilusionada
Hipócrita dueña
Del muerto que lleva
Dueña del esclavo
De un rostro de humo
Confusión de una mañana
Cerrada
Abierta el alma, de calma
Muerta la puerta,
Abierta.
El alma y el muerto
Dudan expectantes
Esperanzados en la luz
Que se vislumbra desde afuera…

domingo, 9 de septiembre de 2007

La escalera del museo.

Como un reto, a la escalera se le asoma
un viejo, vencido, canoso y agitado que,
con el brazo temblando en su baranda,
baja esa eterna escalera con dificultad,
solo el bastón recto se apoya firme,
como un recuerdo de su pasado viril.
Sobre la misma escalera, al pie,
gateando un puñado de vida,
de nena, en dos manos, dos pies
y en cuatro, que no se da por vencida.
Alguien parado en el descanso fuma
mirando, a través del humo, escalera abajo.
Al pie, casi al final, se sienta aquel
pantalón de jean con rulos que,
entre su música auricular, solo espera
a que termine de sonar su último tema.
Mientras, todos bajan…
Y, finalmente, ya vacía,
la escalera yace sombría, al despedir
la última risa de un sombrero rojo.
La puerta, arriba, ya cerrada.
La noche de entrada con llave,
desierta queda la escalera,
abandonada por sus amantes pasajeros diurnos.
Extrañando aquellos pasos, suspira y las estrellas
se reflejan en sus lágrimas nocturnas,
desde el espejo de su llanto la ven,
iluminando sus escalones desolados
sobre el correr de la cascada de un baldazo.

sábado, 8 de septiembre de 2007

Ahi vienen...tus chancletas... fiesta

Hoy nos iremos con ganas de fiesta
y con este calor vestiremos la piel.
Me subo al tren de tus chancletas,
con un boleto de agua, destino al sol.
Brindemos por nuestra luz,desde la botella
y, del pico, silencioso amigo, descolguemos
los harapos y palabras, ya invernales, viejas
y entre cosquillas y brisa fresca, bailemos.
Guirnalda de colores, desde mi balcón
poblando el horizonte, se estrechan.
Y bajo a subirme en tus chancletas,
con un boleto de tu luz, destino al sol.
Que lindo el aire del camino sin respuesta.
De mas, las preguntas, a su dormir se van
y nuestros pies sobre tu chancleta, en tren
de sol, solitos los dedos saltando, ya era fiesta.
Al ritmo del timbal se oyen dos corazones latir.
Flotando, sobre aquel tren, el sol oyó y bajó, a seguir
la luz de cuatro pies bailando en un par de chancletas,
para descubrir el secreto azul que irradiaba aquella fiesta.

Corazón preso y ladrón..

Que infame es mi ladrón corazón
cuando en su pluma, y tinta, laten
tus viejos miedos, y se debaten
tus fantasmas con mi inspiración.

Temo robarte, por escrito, el aire.
Fiel traicionera y vampiro pirata,
mientras posas tu herida y desaire,
mi pluma, con sangre, te retrata.

Y respiro obligándome,
en cada letra, a resistir
sus encantos, recordándome
no saquear la miel de tu sufrir.

Pero la pluma, sin mas, se revela
e, inevitablemente, el jugo de la vela
mancha tus candados y tu tesoro,
ocultos del sol y ocultos de oro.

"Como la frente en su piedra
convicto, por opción, de su dolor,
tu hilo, en fantasía nueva, enhebra
el miedo, dictador, del viejo amor.

Entre aires de tu cielo negro, dudoso y nublado
de pasado, blanco pasado en cadenas, tatuado
solo, el dolor respira sobre tu bella ilusión.
Que infame es la ironía de tu preso corazón".

jueves, 6 de septiembre de 2007

-: Papito...aprendé

Los dos tomamos la leche,
pero tu café se me va y lo llamo
de manchas con mi Toddy
-: Vení para acá!
Tengo más sorbitos para contarte.
Vos me haces el desayuno caliente
y yo quiero ensuciarte y abrigarte.
Compartir tu medialuna y mis galletitas.
Reírnos juntos y hacer miguitas.
De mi trabajo a tu escuela,
tu guardapolvo negro quedaría mejor
si le pinto con mis crayones una flor.
Cumplís todas las materias, cada día
y cada mañana veo que no aprendiste nada.
Cuanto trabajo que me das Papito!
Cuantas veces más te tengo que decir
-: Tomate a mi lado, despacito, el café,
que mi Toddy con leche te quiere y, se ve,
que te dan poco recreo, en tu escuela
de grandes que olvidan lo mas importante.
De compartir despacio el desayuno y reír.
Cuantas veces más
Te lo tengo que decir…!

El viento y la hoja...

Adormecida, caída y quieta aquella hoja
Sorprende al viento que se toma una pausa
Se posa en ella y, girándola en susurros, la alza
Mareada, confusa, casi seca y roja

Emprendiendo largo viaje desde su otoño
Abrazados, inquietaron en su andar
Inviernos, primaveras, veranos y mar
En remolino de soplo y beso han visto el mundo girar

Viento que me has vuelto fresca con los brazos de tu vuelo
Y un septiembre, verde, me devuelves con nueva raíz a este suelo
Si tu andar volando fue siempre tu destino inevitable y tu costumbre,
Cada fruto de mis primaveras, que alcanza el otoño, esperara despierto
en mi sueño, tu pausa...

martes, 4 de septiembre de 2007

-: Señor avión...

Señor avión, un momentito,
acá estoy, soy señorita avioneta
y vuelo un poquito más bajito,
desde la mano alzada de un chico en bicicleta.

Quiero contarle que toditos los días
lo veo pasar temprano desde el mar, y volver
tan tarde que debe andar con ganas de comer.
Yo le dibuje un mapa de ruta de alegrías,

y le hice un pastelito de cenar.
Cuando levante el viento con prisa,
voy a despegar y se lo voy a llevar,
aleteando desde la pista de mi repisa.

Señor avión, haga escala en mi jardín
y enséñeme todo su saber sobre volar.
Ya le mande, yo a Usted por correo, al soplar,
carta de presentación en un papel de chupetín.

Practico mucho, todos los días, desde la pared
remonto hasta la ventana y, mientras, pasa
su vuelo por el techito de la casa, y me abraza.
Pedaleando más fuerte, yo despego con Usted.

Con mi fuselaje manchado de pan, manteca y miel.
Prendo motor desde el arco iris, en altura crucero.
Y Aleteamos, con su estela de frágiles alas de acero.
Y mi recién pintada, invencible, avioneta de papel.

Semáforo rojo...en flor

Chillando una bocina, tu cara aparece
entre el domingo y mi camino ameno.
De semáforo rompiendo el paso, nace
en rojo, mi pausa y tu pie en el freno.

Yo parada entre cruces,
perdida de calles en rojo.
Vos me prendiste las luces
del guiño, y desde tus ojos.

Tu retrovisor te enmarcaba
con un suspiro inadvertido,
regalando a mi corta parada
tu mirada blanca, entre el gentío.

Se congela, de luz, en el tiempo,
el tiempo, y nos encontramos,
solos entre la gente, el viento
y un señor, vendedor de ramos.

Que me regala, en mi esquina
sin remitente, tu flor naranja.
Perfumé mis ojos en tu retina
y, desde un pétalo, en la zanja

el domingo refleja una magica suerte,
que comparten los extraños al andar.
Cruzando los pasos, sin mas que buscar
entre mis sensaciones, pude verte.

Tu mirar apenas tradujo una frase
masticada por el ruido del motor.
De tus labios, solo se escucho-: Pase…
Y en tu espejo guardabas mi sol y tu flor.

Con un pie en la calle, entre pétalos y mimos,
al ajeno reflejo de tu espejo en rojo, le sonreí.
Cómplice, fresco y fugaz abrazo, en amarillo, de domingo, compartimos
y de la mano de la vida misma de aquel tallo, en verde, te crucé y me fui.

domingo, 2 de septiembre de 2007

El cantor..

Un lunes de azul y amarillo,
vino, despierta, la voz de tu brillo,
a darle luz a mi dormida letra,
mientras tu boca interpreta.

En puro chocolate derretido,
mi mejilla se hace agua, y en mi oído,
de sonrisas discretas, al azar,
se debaten dos hoyuelos en mis pecas.

Sentada de verde, al publico, tu alma,
vuela en las alas de tu canción.
De tu estribillo, crece la calma
y, de entrecasa, se desviste al corazón.

Al hombro llevas el alma, y tu don
a tus pies, en cada frase, crea un nuevo día,
en huellas de letras, entre aires de algodón,
voy detrás, rastreando el fin de tu melodía.

Cuchareándome a tu sabor de anís,
deshago mis pasos y traigo conmigo,
la esencia de tu voz en mis oídos,
entintando la hoja y por tu culpa, feliz.

sábado, 1 de septiembre de 2007

Tu abrigo

Volviste con pan en trocitos
a alimentar mi necio apetito.
Con tu mano, disimulada,
te amigaste a la mirada
de mis ojos perdidos,
demoliéndose en desafíos.
Nuevamente te acercaste
a mi furia, de alas desveladas.
Con paciencia me abrigaste
de sinceras pinceladas,
entre viajes y destinos,
de colores pueblerinos.
Vino tu voz, cada vez,
a darme pan, otra vez.
Mi vuelo se alimentaba
de vueltas, sin querer ver,
ni mirar por que pasaba
de ti, mi loco querer.
Comeré de tu mano abierta
y saldré un rato a volar,
para volver a la puerta,
abierta, de tu simple caminar.
Si me alejo en el camino,
es irme, un rato, nada más
para volver, feliz destino,
al viejo nido, en tus brazos, mi paz.

viernes, 31 de agosto de 2007

Los dichos y lo no dicho...entredichos.

Oíd mortales el grito sagrado
-: A este le han robado!
Se amanece más temprano,
si al ruidoso de tu hermano
le gusta madrugar.
En boca cerrada,
no nace nada
y, si, entran moscas.
En casa de herrero
hay mucho trabajo,
de rejas que nos defiendan
de nosotros mismos
y nuestros cuchillos de palo.
Al que madruga
lo contacto con mi hermano!
Por mas que la vistan de seda,
es linda asi de fea, salvaje y libre.
Que mona queda!
Siempre que se cierra una puerta,
entra el viento a volarte los papeles
por la ventana.
Cuando hay hambre,
hay creación, revolución
y el pan se hace duro de maduro.
Siéntate en la vereda de tu casa a esperar,
como te baldea la vecina, gastando el agua
y manchando tu pantalón,
mientras del callejón, salio un chabón,
te sorprendió en la yugular,
para llevarse tu celular
y veras pasar a tu enemigo
desde tu incomunicado cadáver.
Sin darte cuenta de los cincuenta,
que el chorro aplica a tu cuenta.
Así que buenos amigos
Abran la boca, sin sordos oídos,
que no entran moscas
si hay un sentido.
Que No hay palabras necias
si siguen vivos.
Que del dicho al hecho,
nunca hay nada hecho.
Mejor que prometer es realizar,
se la pasaron haciendo que decian.
Frases hechas para ser deshechas,
descomponiendo creencias estrechas.
Y si a medianoche, por la radio, lo cantas.
De dia apenas si te acordas.
Inutil libertad si se viste de quietud.
Al gran pueblo argentino salud”

jueves, 30 de agosto de 2007

Vuelta marchita

Te me llevaste el amor,
mientras dormía.
Sobre un seco laurel
de beso hueco, se vacía
mi siesta en tu blanco mantel.

Interrumpiste la espera
y le pusiste otros ojos,
a mis cartas en remojo,
de papel malle, en tu vereda.

La siesta de mi viaje
no encontró tu atardecer,
al despertar, y volver,
de beso, en flor, en mi equipaje.

Mi viaje cruzo ese mar,
de lágrimas y, al llegar,
tu ventana, ya cerrada.
Y fuera, sola, mi almohada .

Durmiendo al pie del olvido,
mi lejanía en tu castigo,
que parte mi beso en huida,
me arrodillo, escondida.

Dejando mi almohada en tu puerta,
me marcho, sin sueño ni siesta,
por la calle que trae fiesta,
pateando una lágrima muerta.

Y ante el regreso, mi mar vacío
de tu mediodía sombrío,
se ahogó en tu puerta, mi flor.
Te me llevaste el amor.

miércoles, 29 de agosto de 2007

El grillo y ella

Mareado en tus ojos, navego en mi balsa
de abrazos, pedazos, de piezas
que rompen cabezas, mi pasado,
remendado, te hilvana un trapito
amigo del piso, se sonrie un gusanito
en el pasto de tu verde ilusión
y un vivo corazón,
dibujado en la pared, late mi mundo
redondo y sin fondo
blanco, desde la copa, el cristal
de tu mano, índice de mi piel
suavecita, la osita de peluches duerme
en infancia de ventana azul
y el viento sopla mis velas,
encendiendo el farol amarillo.
Y aquel coronado grillo y su melodía
de membrillo untada a mi pan
fresco, sobre el mural pintado,
tu paisaje, renacimiento
de claroscuro clásico, suena
escondido, tu grillo en mis oídos
perforados, con perlas
en ostras profundas de mar
rompiente, en olas y espuma,
diluyendo en mí, orilla
de arena, el castillo.
Salvaje en altamar, mi fortaleza,
de palitas y granos de arena,
es un puñado ante tu marea
roja, la frutilla se vuelve racimo
en las uvas de mi copa de vino.
Vacía ya, la noche y la botella,
ven pasar una estrella,
de coronita amarilla, mientras
las letras sobre la mesa,
rayan suspiros de estribillo,
vuelve, con su luz, el grillo
a cantarle a su noche princesa.

martes, 28 de agosto de 2007

Dale, andá...

Cierra un poco mas los ojos,
para verlo mejor.
El tacto y el sabor.
La intuición y su olor,
te llevaran donde gritas ir.
Cambia ya, de una vez,
que estas perdiendo tiempo,
o no lo ves.
Con esos ojos tan abiertos
probablemente no.
Sácate del miedo y vestí un sombrero.
Rodéate de aquellos amores sinceros,
floreciendo tu sendero.
Dale! cierra más los ojos
y déjate fluir.
Que la vida no te enseña,
te va aprendiendo en azar.
No alargues tu despertar.
Si surge en la noche, dueña
de tu sueño, échate a andar.
Con los sentidos despiertos,
los ojos dormidos.
El calor de todo amor puro
nunca te ofrecerá un muro.
“Y aquel que deje de besarte,
cuanto podrá importarte”
Cierra los ojos, ya, sin más.
Y Salí a amar, creer y perseguir aquello que buscás.
Dale, andá...!

Tu abrigo

Que lindo el olor de tu piel, mi panqueque de miel
tostado, al costado de mi humilde sol.
Quiero compartirte mi deseo, jugando al cuarto oscuro,
con total libertad, sin muros.
Y una roja flor en el ojal,
tradicional o inusual, aburrida o coqueta,
navegando por la maqueta
de mi sistema solar, una cometa estelar
que se acurruca en tu nuca.
Tu olor dando a mi abrazar un humano respirar.
Te devuelvo un despertar de adios, timido y despeinado
en café y galletitas, y me voy alejando,
en el camino, saboreando
el desayuno, ese café, ratos de miel
y la bondad de tu piel.
En la calle, abrigada,
llevo el día y la tarde al hombro.
Por delante, un escombro
se hace amigo y sabe porque sonrío.
Cómplice, inanimado entre gente muda, sonrojado
y mi pasión, desde el ojal, lo saluda en un buen día,
parándome ante la vía,
mientras cruza un tren de sal.
Se diluye en mi, su pila,
su motor en tu vitral,
con haces de luz, titila
en mi rojo paladar.
Reflejándome tu piel
en la vereda, mi boca,
donde bese, mi huella convoca,
y desprende a su paso, el sencillo y perpetuo
cuello de tu miel.

Pasando, el sol, se fue en coche
y un avion, con el envion, trajo la noche.
Siento frió y, al punto de quebrarme,
vuelvo, como extraña pidiendo, a hospedarme
en tu bondad y la bufanda tibia de tu piel.

jueves, 23 de agosto de 2007

Naranja y Violeta

Naranja esa nena, manchada de sonrisa,
contagia a mi violeta actualidad.
La mezcle conmigo, sin peine y sin misa.
Y desde mis ojos, las dos, jugaron en la ciudad.
Todos van, vienen o vuelven. Y vuelven a ir
disfrutando la bondad de un día,
buscando un destino, un carril, una vía.
Mientras la vida nos deja un beso continuado,
al pasar, envuelve en su papiro fugaz,
nuestra huella tinta. Y sigue su camino.
Del imaginario de mi armario, de recuerdos
turquesas y bufandas verdes,
saque la picara mirada del arco iris
y el ojo de la cámara, ante el barrio y la gente,
que me comparte su andar con inquietud o pesar.
El cafetero no quiere que se le enfríe el café,
paso rápido en mi lente, semáforo en verde, y se fue.
El remisero, compadre, cuenta historias de noche y madre.
Aquel viejo de ojos frescos, hidalgos y varoniles,
regala al obturador una esquina y sus mejores perfiles.
Los pibes del flete, entre peleas y abrazos amigos,
pusieron cara de foto, con pose de distraídos.
Otros, atados al poste, dejaron de ladrar
y entre hocicos leales, se dejaron acariciar.
Rastros y restos urbanos, vertiginosa, desmemoriada
ciudad de mis ganas, coloreada.
La orgullosa costurera
hilvana su pose moderna, con hilo tradicional
y puntada inevitable de extranjera.
Aquellos ojos pequeños, con gorrito de lana,
me reconocieron y, en silencio cómplice,
de igual a igual, me pedían prestado el juguete.
Nuestra eterna niñez fugaz se distrae
y perece andando por los años, dejando,
ante la lente, su huella fantasma, su paso.
Y al punto de partida, sin volver el tiempo atrás,
mi paseo redondo se vuelve imágenes, resistencia
que eterniza, irreversiblemente, la esperanza.
Otros tantos se escondieron, guardados en su rutina,
caminando sin mirar a donde irán a parar.
A ningún lado, sin motivos, con ganas encendidas.
Refréscate de colores, salí a pasear con esta vida.
Compartí dudas y sueños, invertí un rato en jugar.
No te quedes inerte y dormido,
que tu alimento es tu recorrido.
Deja una impronta feliz de tu viaje circular.

miércoles, 22 de agosto de 2007

Teatro Circular


Todo gira, viene, va y vuelve.
Inspiración, deseo insaciable,
furia, decepción, un gesto amable,
un instante eterno, un cuelgue.
Cada novedad trae consigo la pregunta.
Alcanzar el elixir que, tímidamente,
se desvela y se desmonta,
entre la fantasía y la mente.
La realidad ya se queda atrás
del idealismo profundo.

Ya no es más de este mundo
el momento en que abandonas.
Incompleto el sueño y con hambre,
el deseo se derrumba, diluye
entre visiones, hecho un enjambre
de realidad dispar y huye.
Se contenta del recuerdo
y busca otra nueva ilusión.
Cuando la magia ya no es verbo,
triste aquel payaso de fantasía
baja el telón ya, sin su bravía.
Y puedo ver su maquillaje,
el remiendo en su ropaje.
Sensato, ya nada para vender.
Despedida, nada más que ver.
Ya estamos buscando nuevos talentos,
retomando el camino del aliento,
que renueve la intriga y reviva el placer
de imaginar y desconocer.
Perdurar en el instante,
es un deseo efimero y constante.
La magia, como su demostración,
Tiene un principio y un fin.
Aplausos de copetín,
Y se acabo la función.

sábado, 18 de agosto de 2007

EL DIARIO

EL DIARIO (Introducción)
Aclaración: Léase al personaje Poroto Klein con palabras del lenguaje lunfardo y/o definiciones propias que nos serán reconocibles a todos.



Esta Historia comienza, a encontrarse y perderse en sentido, a partir de un robo y un diario íntimo.

Ha sido el ladrón quien comenzó a darle vida, y a penetrar en el alma de aquella mujer, a través de las palabras de su oscuro y cargado diario íntimo. Y fueron las increíbles, inexploradas, misteriosas e inagotables energías humanas que todos poseemos, las que ayudaron a que estos dos personajes se vinculen y, de algún modo, hasta se necesiten sin saberlo para encontrar un sentido en el camino de sus vidas.

Conocí profundamente a Julia cuando, por fin, me puse a leer ese viejo y polvoriento cuaderno archivado en el cajón de mi mesita de luz.

El vetusto y grueso cuaderno encantado perteneciente a aquella luminosa jovencita que paseaba placidamente por los canales de Venecia, seis meses atrás, con su gesto curioso, amigable y sus ganas de llevarse en los ojos cuanta belleza el lugar le podía ofrecer.
Todo comenzó cuando aquel día de primavera yo, pequeño ladronzuelo, había visualizado la próxima victima. Recuerdo su ingenua distracción, inclusive luego de haberse dado cuenta que había sido yo quien le había robado su coqueta y abultada cartera.
Julia solo dejo caer los brazos y, rendida, gritó:- ¡No, por favor deténgase que se van los años de mi vida ahí dentro! Yo, mas ilusionado que arrepentido, corrí muy rápido y me escabullí entre las gentes, atravesando puentes y callecitas angostas, tirando algunas máscaras, con el envión de mi prisa, de los puestitos de vendedores ambulantes que se colocan en las angostas y viejísimas veredas. Corrí hasta que las rodillas perdieron el límite de velocidad que imponía mi cuerpo viejo, hasta perderme de su vista y, finalmente, corrí hacia el vaporetto y, ahí nomás, me colé pa llegar a mi cuartucho alquilado de una de las tantas facheras casas viejas que aun se sostienen enmarcando las historias de aquellas aguas estancadas de la parada de góndolas de Rialto. Me baje del vaporetto y apure nomás el paso a la pensión, deseoso de llegar a mi cuchitril del alma. Subí los tres pisos de la escalera, ansioso y apurado, ya transpiraba del agotamiento y dejaba que mi mano seca se nutriera de mi frente mojada. Esto de andar robando no le venia muy bien a mi cuerpito de años y su falta de fútbol dominguero. Abrí la puerta de madera tallada y derruida de mi humeante hogar monoambiente. Aquel refugio anejo de techo húmedamente infinito, de paredes arrugadas de secretos que sostuvieron las espaldas y los olores de sus inquilinos errantes, me mira desde su única ventanita tuerta que trae su aire y luz desde el espacio que la distancia de otra vieja pared vestida de moho y gris que, indiferente, se pega al fondo del edificio de enfrente. Tiré la cartera al revés sobre la cama y, así, cayó de todo lo que llevan las mujeres adentro, desde el pañuelo hasta el alma. La billetera, unos caramelos de menta, cuatro moneditas, dos boletos de tren, cámara de fotos, teléfono celular, gotitas pa los ojos, una gomita de pelo, tres bolígrafos y un cuaderno con tapa de cuero bordeaux de lomo grande y orillas gastadas, con pinta de viejo y tan arrugado que no le hacia asco a mi cucha. Hice toda baratija a un lado y, rápidamente, abrí la billetera. Encontré entre sus labios de cuero carnoso los besos melosos que ofrece el vil metal, mi boca se hizo agua ante la lucha y, entregado en mi avaricia, comencé a contar. Unos nueve mil trescientos euros, mil doscientos dólares, cincuenta pesos argentinos, y unos quinientos reales eufemios.
-: ¡Plin, caja y la pucha digo! Me saque la grande, el loto y el gordo de navidad!

Saltaba en una pata desde la cama hasta la ventana podrida de mi cuartucho. Me acuerdo de aquel robo porque, primeramente, me hice millonario y salí de mi errante situación económica y mi vida de cuchitrily, segundo, me sorprendió la cantidad de billetes que la mina traía todos achicharrados en una misma billetera. Y, como primer indicio de lo inevitable, encontrar pesos argentinos me acaricio el corazón culpable, porque esa fue la última vez que robe en mi vida. Todo lo que pasó después de eso soltó los demonios y fantasmas de mi alma aletargada y el rumbo de mi vida encontró un norte y un timón.
Yo no era un ladronzuelo por naturaleza, no señor.
Por naturaleza era un vidente y, por ende, un predestinado muerto de hambre. Una cosa me llevó a la otra. Y la fatalidad te hace unas jugarretas en la vida que uno termina donde el bocho nunca se hubiera figurado, es así nomás.
Como decía, yo era vidente. La mala pata de todo esto es que en mis videncias espontáneas siempre pude ver mas fácilmente los acontecimientos malos que los buenos por lo que la gente, espantada, sucediera o no, jamás volvía a visitarme y se me quedaban mirando como si se hubieran visto al espejo en setenta años o, en el caso de los de nuestro palo, una visión espontánea de la suegra que aparece pa arengarlo. Todas sus propias fantasías se corporeaban en miedos ajenos pa escupirse sobre mi cara en blanco con el envión del espanto y la indigna negación. Me fui quedando sin un peso.

Y me fui quedando muy solo.
Vendí mi casita chiquita que tenia en mi argentino país, en González Catan, y con los últimos pesitos que me pagaron por aquél chaperío me compre un pasaje al paraíso.
Guardé el boleto de avión como si fuera la última foto que tuviese de mi buena abuela y me fui a vagabundear por el mundo buscando un lugarcito que me acogiera con más simpatía. La mishiadura me llego después de unos meses, cuando estaba en Italia. Ya no tenia un peso o, mejor dicho, un euro en los bolsillos pero, eso si, graciaDio que yo estaba de legal. Porque tengo mi pasaporte italiano heredado de mi abuelo que se llegó a la Argentina, en la época que todos se nos fueron de las Europas, pa hacerse la América. Así que me transformé en un mendigo veneciano, orgullosamente legalizado con doble ciudadanía y a mucha honra. Mi falta de titulo no quitaba mi erudición acerca de la traición y las tretas callejeras. Descalificado y expulsado del trabajo dentro de las gentes escapaba de las oportunidades que me ofrecían las bestias. Solo me quedaba la buena de Dios pa salvarme del crimen y la locura. Dormía en las calles y las pocas monedas, que alguno me tiraba, eran mas pa rellenar sus culpas que pa mantenerme con el estomago sin crujir. Así era Venecia y sus máscaras. Me sentaba, de día, a estropearles la foto al lustrado turista con mis trapos y una manta en el piso, cerquita de las escaleras, pasando los puestos de los artistas pintores y, como el último artista en su ramo, ponía un cartelito compadrito que me presentaba al transeúnte con mis facultades bien dispuestas de laburador especial, diciendo -:


“POROTO DEMENTE KLEIN SERENGUETTI” VIDENTE.
OJITO A LA ESCALERA
USTED NO SE CAIGA AL BAJAR.
PUEDA SU VIDA CONTINUAR.
PA BIEN O MAL YO LE CANTO MI PREDICCION.
Y USTED NO SE HAGA EL TURRO ME DEJA SU COLABORACION. TANTE GRAZIE!


Algunos locos venían. De esos siempre hay alguno que vuelve por más.

Iba tirando con las changas y la gente no se me escapaba tan rápido porque, por suerte, andaban ausentes en mi mente las visiones de muerte o desgracia.
Pero hubo un día en el que sucedió, y volvió a mí el vocero infernal con visión inmediata ante un destino inminente y fatal. Desde ese día ya no pude, o no quise, leer el destino. Nunca más.
Fue el día que le dije a un cincuentón que pasaba por la vereda, donde tenia mi puestito, que tenga cuidado al bajar la escalera que iba a quedar duro como rulo de estatua y solo Dios se lo iba a peinar.
Mi discurso no era erudito, si mi esencia.
El tipo me miro de arriba abajo, me tiró dos monedas de lástima, porque yo me doy bien cuenta las razones del tiro de las monedas en mi gorra. Cuando te las tiran de lástima apenitas que te miran, desde el borde de los ojos, y te ponen una sonrisita de compasión y nos les ves mas ni el pelo. Bueno, cuestión que el tipo también me putió de arriba abajo en tono bajito, como masticándose las palabrotas en el sabor amargo del recorrido que iba desde mi puestito hasta las escaleras, unos doce pasos. Y al bajar las escaleras se resbaló y se cayó golpeándose la nuca en el borde del escalón. Fue en aquel instante que el tiempo se me paralizó en el corazón. El único testigo y el único adiós.
Cuando me miró.
El viento y la muerte cerraron los ventanales y sus ojos que, vacíos ya, me dejaron.
No se le movió más ni un pelo. Dicho y hecho. Espichao, estiró la pata. Se murió al instante y yo se lo había advertido. La gente que había escuchado todo me miraba espantada, como echando maldiciones en chispas que quemaban mis pestañas, y, por supuesto, luego del evento ocurrido se retiraron como extraños, sin ayudar a nadie y hablaron de lo sucedido por el resto del día, la noche y, seguro también, los días que a estos siguieron, llamaron a sus parientes lejanos pa ponerlos al tanto, en amarillos detalles, de las adaptaciones personales de la historia.
Entre mis ideas curiosas se me ocurrió pensar en la idiotez de aquellas gentes que, por donde sea que estemos en este mundo, nunca se atreven siquiera a echarle una mano al pobre recién estrenado difunto pero son los primeros en vomitar, en su gesto anfitrión, a los inadvertidos compañeros de café sobre los asquerosos detalles tristes de su espeluznante experiencia en vivo.
En cuanto a mi, traté de acercarme a ese hombre, con un dolor incierto en mi vidente alma y un la pucha digo en mi corazón, cuando justo, la policía, este carabinieri, me patinó el trasero de mi puestito jurando que me rompería todos los huesitos si me volvía a ver con mi sucio cartel y mis miserables predicciones y, ahí nomás, me dejaron sin paz como un sonámbulo sin noche.

Desde aquel día deambulo por las calles y robo solamente cuando ya no queda pa pagar el cuarto o la tripa me chilla tanto que le tengo que tirar un pedazo de carne. Mucho no afanaba, digamos.
Cuando le robé a Julia, el robo memorable que afectó mi vida en todos los planos que cualquier mina o tipo se pueda figurar, quedé hecho un duque por un tiempo más que largo, sin apenas imaginar lo que aquel robo iba a significar en mi vida. Sin apenas intuir que todos mis mapas iban a perder su división política.
Me daba la buena vida mientras pensaba que haría de mi futuro. Mi rutina diaria se compuso muy a mi gusto a partir de aquel momento. De recostarme bajo el puente Rialto, medio encanutado entre las gentes pa que no me fajen los de la poli que se acordaban de todas las caras que habían fichado alguna vez y me tenían bien junado, con un panini de crudo y queso por los mediodías, a darme una vuelta en góndola con mi ticket pago por las tardecitas; hacer algún mandado a las señoras de sus casas que me tiraban una propina pa mantenerme activo en lo laboral y llegar a mi cuchi, como le llamo a mi novia de todas las noches que me encierra y contiene entre sus viejas humedades y, en silencio tuerta me mira desde su única ventana, siempre fiel mi derruido cuarto, mí cuchitril. Mi cuchi y su catre, nada mas pa soñar un rato con el futuro por el resto de la noche. Eso si, malgastar no. Nunca me quise comprar una joya ni nada de eso, tampoco es cuestión de andar llamando a los ladrones.

Lo que me hacía tan gordo el pecho de contento es que había dejado de robar. Administraba mis ahorros. Digamos, los de la pobre Julia, que me cedió involuntariamente sus pertenencias, y estaba hecho un pordiosero aburguesado. Ya me aburría pero no quería ponerme a leer la suerte porque me daba un chiflete de frió en la nuca del miedo de lo que podía decir, a ver si todavía me echaban de patitas de la bella Italia y volver a Buenos Aires no estaba en mis planes todavía ya que, allá mijo, la situación no esta pa chiquitas y mis recuerdos solo me vuelven a patear duro.
Ahí el que te roba ya no tiene oficio, de chorro a carnicero, te corta el pescuezo aunque no tengas ni un peso, por mirarlo nomás, hasta a mi me da miedo andar lidiando con las nocturnas bestias peligrosas de la calle porteña.
Y no hablo de aquellos tiempos de cuchilleros. Hablo de las villas y sus manejadas miserias. El muerto de hambre poco piensa, por el pancho y la coca todos hemos bailado. Es que el hambre nos embrutece y, cuando la necesidad es grande, pasan cosas como las que nos pasan a los argentinos. Tristeza me da, viejo. Tristeza.
Ya volveré, aunque las cosas no cambien.
Ya volveré cuando me organice un poco y vea que changa puedo hacer yo allá pa no andar quemando ahorros. Quizá algún cartonero me invite a formar sociedad sin organizarme demasiado, nada de amigos mayores ni jefes sapitos que cortan la torta, que todavía me llaman honesto por las calles bravas de mi desteñida y vieja, desnuda y avergonzada, proxeneta y porteña entrañable cuidad.
Cuestión que ya me estaba aburriendo de la vida burguesa. Necesitaba, como todo burgués, buscarme un hobby. Se me dio por la lectura.

Que fenómeno, de las cosas que me fui enterando. De la gripe aviar que le llaman, y a mi no me agarran con esa patraña inventada, de que no se fuma en toda Italia dentro de los locales, de que la princesa esta la Lady Diana había espichado. Bueh, un fenómeno lo de la lectura aunque no siempre encontraba noticias frescas en la revuelta matutina de tachos de basura. La lectura fue llenando mi vida, me fui enculturizando como le dicen. Me ponía al día con la historia cuando iban haciendo limpiezas en las peluquerías y todas las viejas revistas iban a parar a la veredita, por ende, a mi sed de cultura.
Un día, tirado en la cama, mirando el cemento gris de la vista de mi ventanita del cuarto abrí el cajón de la mesita de luz y encontré un libro viejo.

Bueno, no tan viejo, mas bien diría, muy usado. Mucho por los libros no se me dá porque son muy largos y, quien sabe, si me tengo que ir de raje y me queda la historia inconclusa así no se vale la pena ni de leerlo.
Por esta razón que me extrañaba que yo mismo, Señor Poroto Klein pa los entendidos, tuviera un libro entre mis pertenencias adquiridas. Ahí me acorde al instantáneo. ¡Era el libro de la flaca esa que me hizo un rico tipo!
Le fui dando a la lectura de aquel libro y lo que pasó fue que, desde el momento en que apoyé mi mano sobre aquel libro y leí su primera página manuscrita, no lo pude largar nunca más y mi vida temió un rumbo desconocido…

"Dedicado a nadie excepto que Ud. lo esté leyendo..."
Esta historia comienza, casi, en el mismo instante en que el aire de mi garganta se anuda, de sorpresa, ante el principio del fin.
Cuando me pongo a contarla me suspendo, entre letra y letra, a recordar los hechos y el pulso, disimuladamente, me tiembla por fuera ante la inconmensurable carga que se balancea como un balde furioso que rebalza por dentro. Y me sigo preguntando ¿Cuando llegará el día que se rompa de una vez el silencio inerte casi inmortal que parece existir en determinadas regiones de este mundo en cuanto a los derechos humanos que, a pesar de intentos aislados de gritos de personas valerosas, sobrevive tapado por el maquillaje y la decoración de utilería que ofrecen los enceguecedores encantos de esta vida moderna y por la soberbia, brutalidad e incongruencia de los valores sociales, humanos y religiosos de determinadas culturas? Sin relación aparente, mi anterior pregunta y la historia de este diario están íntimamente ligadas. Saltando entre mi vida personal, mis recuerdos y mis experiencias actuales trato de buscar un cambio de vida, de rumbo, de pensamiento.

Un camino. De esto, uno se dará cuenta, intuyo, al transcurrir de los relatos y contagiando a las propias vivencias e interpretaciones si, algún día, alguien, aparte de mí, llega a leer estas páginas. Será como una señal y lo escribo pensando que le hablo a usted, lector, que compartirá en silencio el detalle de todos mis secretos y, quizás, también haga juicios de valor o quiera venir a rescatarme…
Pero todavía me falta contar la historia, que tiene sus intrincadas idas y vueltas entre el tiempo y la fantasía, la realidad y los recuerdos. Dedico estas páginas al lector que encuentre mi diario, si alguna vez se pierde, y, asumiendo mi naturaleza despistada, me adelanto compartiendo con usted mis experiencias.
P.D.: Si encuentra este diario y no me lo devuelve entonces simplemente léalo...

Así había empezado mi lectura, con esa introducción y dedicatoria en primera página. Sentí que era justamente yo la persona que debía leerlo, como una señal que, en mi camino, daría un vuelco completo a mi vida. O estaba un poco loco y aburrido. Pero como siempre digo, que yo no soy un ladrón chorro por naturaleza, no. Y mi virtud de la videncia venía acompañada de mucha observación. No tuve el lujo de una educación pero tenia esa sed de aprender y un cacho de cultura, como le dicen, guardado ahí en remojo que me volvía a brillar cuando se me estimulaban el seso, claro mijo.

Lo que me pasó a partir de que abrí ese libro fue una cosa que no tiene descripción. No podía parar. Y no quería parar. Esperaba cada día a que el sol amigo se rinda y baje para correr a mi cuarto a cenar la otra mitad de mi panini, en la cama, y seguir leyendo aquella historia adictiva que me fue atrapando y absorbiendo lentamente por completo. El libro hablaba de la vida de una mujer y esa mujer se llamaba Julia. Era ella, la misma que el destino hizo que ilumine mi vida. Y el libro, era su diario.
Abriendo la página…
(Continuaremos)