Para encontrarte recorro
mi calma,
que calla, a gritos, la prisa.
Esperando
desesperados aromas,
de flor silvestre, en la brisa.
Para desearte me adoro,
hedonista, en el alma.
Para soñarte, despierto
dormidos placeres exóticos.
Suntuosidad de vigilia,
placer pervertido, lujuria,
recorriendo inmutable
la reacción del mudo.
Para verte los cierro y,
aun cerrados, te veo.
Desafiando la usanza,
atravesando el limite
de mis ojos infinitos...
viernes, 14 de septiembre de 2007
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